¿Con todo este frío, quien quiere subirse a la bici para tragar barro, deslizar sobre la arena, echarse la bici al hombro y además de todo lo anterior circular por carretera? Con medio siglo de vida, el ciclocross es el hermano menor del ciclismo, una modalidad no demasiado conocida en España pero que no para de ganar adeptos en todo el mundo (en Bélgica, Holanda, Francia, Canadá o Estados Unidos se profesa una auténtica veneración hacia las carreras de bicicletas en campo a través).
Se trata de un deporte donde la fuerza y la polivalencia juegan un plus, a conjugar con la habilidad individual para sortear tramos llenos de lodo. Cada vez más se retransmiten pruebas de este tipo por televisión, divertidísimas. Pero aléjese del profesionalismo, porque el ciclocross es verdad que exige una bicicleta distinta (como veremos a continuación), pero no es un deporte prohibitivo y abundan las competiciones amateur incluso en España. Es el ciclismo de invierno.
Entre la Mountain Bike y la bici de carretera. Aunque se parecen mucho a estas últimas. Las innovaciones en ambos campos se aplican indistintamente a la bicicleta de ciclocross. La horquilla es de tamaño más grande, convirtiendo a la bici en más alta que una convencional. También hay más distancia entre los ejes, dotándola de mayor estabilidad en terrenos farragosos, véase atestados de barro. El cuadro, asimismo, aparece más reforzado, como ocurre con las Mountain Bike. Así que sí, esta bici pesa más que una de carretera.
Los frenos que se suelen comerciar en bicicletas de ciclocross suelen ser de disco hidráulico: éstos ofrecen un mayor equilibrio y evitan que el barro se agolpe, perjudicando la frenada. Las ruedas suelen venir reforzadas con cubiertas, utilizando a veces crampones. Las bielas son más cortas.
Los platos y piñones apenas varían con relación a las de carretera, que poseen similar desarrollo: al fin y al cabo, lo más empinado que vamos a encontrar es un abrupto repecho de escasos metros, a combinar con el pedaleo en terrenos duros. Por eso muchos contrarrelojistas reputados vienen de esta modalidad, mientras que los escaladores suelen proceder del mundillo de la MTB.
Aunque los velocípedos de ciclocross puedan parecer multiusos, y prácticamente lo son, tienen algunas limitaciones: por ejemplo, una escasa amortiguación (a pesar de los espectaculares saltos que a veces se observan en las carreras) y una mala adaptación a terrenos pedregosos. El pavés causaría estragos a una de estas bicicletas.