Cienbesos no son tantos. A veces juego con mis cachorros a darles cien besos y se los doy en un periquete. Pero tener cien hijos es una barbaridad. Y llegar a los cien años, empieza a no sorprendernos. Y cien sorpresas, igual te cansas y dejan de ser sorpresas. Y pasar cien días cansado, es enfermedad. Y cien días enfermo, una putada. Y cien putadas, eso es alguien que te quiere mal. Y cien personas que te quieren mal, habrá que buscar cien que te quieran bien para compensar. Y si tienes cien personas que te quieren bien, eso es que tienes mucha suerte y deberías comprar lotería con más frecuencia. Y cuando te toque, acordarte de mi y celebrar juntos las cien entradas de Mamá Curra. ¿Trato hecho?“Durante el día, derrumbándose de sueño, gozaba en secreto con los recuerdos de la noche anterior. Pero cuando ella (Pilar Ternera) entraba en la casa, alegre, indiferente, dicharachera, él (José Arcadio) no tenía que disimular su tensión, porque aquella mujer cuya risa explosiva espantaba a las palomas, no tenía nada que ver con el poder invisible que lo enseñaba a respirar hacia dentro y a controlar los golpes del corazón, y le había permitido entender por qué los hombres le tienen miedo a la muerte”.
Cien años de soledadGabriel García Márquez.