Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez

~ G * Adulta Contemporánea ~

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.”

Reseñar un premio Nobel es una tarea difícil. Más aún es abriros la puerta al mundo del realismo mágico de Macondo y de la familia Buendía. La historia comienza cuando los patriarcas de esta gran familia, José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, que junto a varias más familias abandonaron su lugar de origen en busca de una tierra en la que instalarse, llegan a lo que será Macondo, donde vivirán hasta el fin de sus días así como sus descendientes. Desde el inicio hasta el final veremos no solamente los cambios en la familia sino también los de Macondo.

Cuando decidí que ya había llegado el momento de coger Cien años de soledad de la estantería - de la que llevaba ya varios años- no tenía una actitud muy esperanzadora a que me fuera a gustar. Tampoco puedo explicar el por qué pero me imaginaba que se iba a convertir en un libro pesado que me costaría horrores terminar. Cual fue mi sorpresa al ver que  iba pasando las páginas interesándome por la historia.

Lo que más me ha impactado de la novela ha sido  la complejidad a la que llega a alcanzar la trama al ir desarrollándose la saga familiar: naciendo, creciendo, enamorándose, traicionándose, los diferentes descendientes. Los primeros serán José Arcadio y Aureliano, dos hermanos completamente diferentes, sobre todo Aureliano que tendrá un papel muy importante en toda la novela. Sus nombres se llegarán a repetir en las siguientes generaciones porque así son los Buendía, repitiendo sus nombres, sus costumbres y sus desgracias. No os voy a engañar, hubo momentos en que me perdí y tuve que recurrir a la red a encontrar un árbol genealógico que me ayudara a entrever quien era quien en la familia.

Si hay una palabra que define a los Buendía es soledad - estaba claro por el título de la novela-, si de algo nos damos cuenta mientras vamos leyendo es  que aunque se convierta en una gran familia, cada descendiente, cada persona que tiene relación con ellos sufre de soledad, quizás en algún momento de su vida o quizá durante toda. Otra característica es el puente que hay entre la realidad y la ficción, yo creía que sería una novela de corte realista así que me sorprendí cuando aparecieron elementos fantásticos.

García Márquez tiene un estilo muy peculiar de narrar los acontecimientos, un narrador externo a la historia va relatando los sucesos sin marcar diferencias en el tiempo, sin pausas, como si lo soltara todo de sopetón pero con muchos detalles. Es una novela para leerla con mucha tranquilidad puesto que choca la manera que tiene de narrarlo, el problema es que con tantísima información se te escapan detalles que pueden estar relacionados más tarde.

No es ésta la mejor reseña del blog, ni, naturalmente, la mejor reseña de Cien años de soledad, pero quería dejar mi experiencia y opinión sobre ella.

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