“La variedad de arcos, cuevas, dolinas y formas caprichosas embellecen esta zona próxima a Tamajón, que bien merece el título de “ciudad encantada”. El sabinar, la diversidad de pájaros, la red de senderos, los abrigos prehistóricos, la ermita de los Enebrales con sus leyendas y el merendero conforman un lugar único, al que se llega por la carretera GU-186, tras recorrer poco más de un kilómetro desde el pueblo.
Ubicada entre las cuencas de los ríos Jarama y Sorbe, la naturaleza kárstica de la roca y un proceso geológico por fases esculpieron las figuras que hoy sorprenden al visitante. El proceso comenzó hace más de 2,5 millones de años, con posteriores episodios de relleno y reactivación que se consolidaron en el Holoceno (5.000 a.c.). Por ello está considerado un karst fósil, aunque la erosión lo sigue trabajando.
Las sabinas ocupan este espacio desde la Era Terciaria y aquí acuden las aves del sotobosque: petirrojos, lavanderas, herrerillos, colirrojos, mosquiteros, piquituertos, … Los buitres leonados vienen desde sus lugares de cría en los cañones del Jarama y del Sorbe y al picapino se le oye en el sabinar. Hoy es un observatorio de aves muy reconocido, por el zorzal común y el charlo ya que invernan aquí.
Hay más de cincuenta cuevas y abrigos que desde tiempos inmemoriales han sido utilizadas como aprisco para el ganado; la cueva de la Zángola es la más conocida. Se han encontrado restos prehistóricos, desde el Hombre de Neardhental a enterramientos de la edad de Bronce pasando por pinturas rupestres del Paleolítico, siendo considerado un santuario de la Prehistoria.
Por todo ello la Ciudad encantada es un lugar imprescindible para conocer la Sierra Norte de Guadalajara”
Lar-ami
Archivado en: Actualidad, Paisajes y lugares, Rincones de la Ribera Tagged: actualidad, cultura, naturaleza, Sierra Norte, Tamajon