Ciencia – Tecnología y Sociedad. Su relación con los fenómenos económicos y sociales

Por Yanquiel Barrios @her_barrios

Se entiende por ciencia a un sistema de conocimientos que modifica nuestra visión del mundo real y enriquece nuestra imaginación y cultura, se le puede comprender como u proceso de investigación que permite obtener nuevos conocimientos, los que a su vez ofrecen mayores posibilidades de manipulación de los fenómenos caracterizándole como fuerza productiva. Se puede ver entonces la ciencia como aquella esfera de la actividad de la sociedad, cuyo objeto esencial es la adquisición de conocimientos acerca del mundo circundante. La ciencia está formada por cuatro componentes fundamentales:

La tecnología, por su parte, constituye aquel sector de la actividad de la sociedad empeñada en la modificación del mundo circundante. Su producto principal es, no un artículo, sino una máquina, un medicamento, un producto o un resultado de algún tipo.

Podemos definir a la tecnología como técnicas industriales de base científica, son complejas técnicas promovidas por las necesidades de la organización de la producción industrial, que promueven a su vez nuevos desarrollos de la ciencia.

Aunque un poco esquemáticamente, se pueden considerar las necesidades cognoscitivas del hombre como origen de la ciencia y las necesidades materiales, como la fuente del desarrollo de la tecnología. En tanto la ciencia se ocupa de conocer y comprender los objetivos y fenómenos ya existentes, la tecnología trata de crear productos y servicios que aún no existen, pero que son necesarios.

La tecnología se desarrolló antes que la ciencia, porque respondía a la necesidad práctica e inmediata. El hombre aprendió a producir el fuego mucho antes de preguntarse sus causas e implicaciones, a domesticar animales y construir casas sin poseer los conceptos generales de la genética ni del equilibrio o la estabilidad.

Tanto la ciencia como la tecnología se han convertido en una fuerza productiva inmediata de la sociedad moderna, es decir, en un factor necesario del proceso de producción que ejerce una creciente influencia no sólo sobre los elementos materiales -y hasta espirituales- de las fuerzas laborales, sino que alcanza también a todas las esferas de la actividad humana, es el desarrollo científico y tecnológico uno de los factores más influyentes en la sociedad entendiéndose esta como un sistema compuesto de muchas partes que llamamos miembros y que son a su vez sistemas inteligentes o sociedades. Como el elemento básico que constituye las sociedades es el sistema inteligente, ellas tienen todas las propiedades de un sistema inteligente.

La utilización sistemática de los conocimientos científicos y de las nuevas formas materiales generadas en el sector tecnológico, se ha impuesto como condición para el desarrollo social. Su utilización constituye una de las tendencias que con mayor fuerza caracteriza a la sociedad moderna y ejerce en ésta un empuje cada vez más creciente.

La fusión de la ciencia con la tecnología y de ésta con la producción material en general, así como la conversión de la ciencia en fuerza productiva inmediata, son rasgos característicos del cambio cualitativo radical que actualmente se opera en las fuerzas productivas. Por ello, el progreso histórico de la ciencia y la tecnología no es más que un aspecto del desarrollo histórico del ser humano, como la principal fuerza productiva de la sociedad.

La investigación sobre ciencia es común para diversas disciplinas. En las últimas décadas se ha incrementado el interés por la tecnología y muchas han sido las reflexiones históricas, sociológicas y filosóficas sobre ella, las que señalan sus fuertes interacciones con la ciencia y la sociedad.

El impulso a los estudios de ciencia-tecnología y sociedad a partir de los años setenta debe entenderse como una respuesta a los desafíos sociales e intelectuales que se han hecho evidentes en la segunda mitad del siglo XX. El objeto principal de estos estudios ha sido exponer una interpretación de la ciencia y la tecnología como procesos sociales, es decir como complejas empresas en las que los valores culturales, políticos y económicos ayudan a configurar el proceso, que a su vez incide sobre dichos valores y sobre la sociedad que los mantiene.

Las relaciones entre Ciencia, Tecnología y Sociedad poseen dos versiones fundamentales, vistas como la necesidad social del desarrollo científico y tecnológico y como la influencia del desarrollo científico tecnológico en la Sociedad. Estas relaciones sólo pueden entenderse como un proceso interactivo, dado por la relación entre una de sus partes, el binomio Ciencia-Tecnología y el todo, la Sociedad, de ahí su carácter dialéctico, donde intervienen múltiples factores, dentro de los que se destacan los económicos y los sociales, y dentro de estos últimos la cultura tiene un especial significado.

En primer lugar, el fenómeno económico, a juicio de Uzcategui[1] es el conjunto de actividades heterogéneas encargadas de administrar recursos que son escasos, por lo que implica un sacrificio obtenerlos, para satisfacer unas necesidades que son infinitas, realizando esta labor de acuerdo a una ordenación jerárquica, de manera tal que le permita al sujeto económico operar en base a múltiples alternativas.

Por otra parte, el fenómeno social, puede considerarse, a juicio del mismo autor, como la actitud consciente del hombre ante los fenómenos de la vida social y su propia condición social, iniciándose espontánea y conscientemente contra los factores que lo limiten, lo opriman y lo exploten, de manera tal que lo impulse inevitable a un cambio social.

Todo fenómeno social es originariamente un fenómeno subjetivo. Se objetiva después en la conciencia de la comunidad por el consentimiento general de los individuos que integran el grupo. Al decir que nacen en la conciencia de un individuo para objetivarse después en la conciencia del grupo no negamos, en manera alguna, que estén determinados por antecedentes biológicos. Al contrario, los estados biológicos encuentran a menudo su expresión en los estados de conciencia que dan origen a los fenómenos sociales.

Los fenómenos sociales alcanzan cierto carácter imperativo; las normas sociales ejercen una influencia efectiva sobre la conducta de los individuos. Una norma moral, por ejemplo, nace en la mente de un individuo, el cual la comunica a los demás hombres por medio del lenguaje. Estos le prestan su adhesión y le dan un poder imperativo sobre la conducta de todos los miembros de la colectividad, incluso la del que la formuló

En este sentido es importante resaltar, la intención de ambos fenómenos de lograr en favor del hombre un bienestar social, que no es más que el deseo y el impulso constante de satisfacer al máximo las necesidades; de manera tal que en la búsqueda de este objetivo, es decir, del bienestar social, ambos fenómenos se enfrentaran a las mismas dificultades. Por un lado el fenómeno económico, tratará de conseguir el bienestar social, a través de la satisfacción de las necesidades de la comunidad o del grupo social en el cual se desenvuelve, por otra parte el fenómeno social conseguirá su objetivo a través de la creación de agencias o instituciones que garanticen al hombre aparte de bienestar, su asistencia, beneficencia, seguridad, y previsión social.

Tanto el fenómeno económico como el fenómeno social, no solo presentan características comunes en cuanto a la necesidad de lograr el bienestar social, sino también desde el mismo momento en que se inician ambos fenómenos, puesto que los profesionales encargados de estudiar, diagnosticar y emitir conclusiones acerca de los fenómenos ya mencionados, son en teoría los mismos, ya que las disciplinas que estudian estos fenómenos, se valen la una de la otra de manera tal, que la respuesta ante el problema, ya sea económico o social, sea la más adaptada posible a la realidad.

La actuación de ambos fenómenos, es decir, el fenómeno social y el fenómeno económico, se ve maximizada con la elaboración de políticas, en el orden de lo económico y lo social que garanticen en lo más mínimo, el bienestar social del hombre. En este sentido, las políticas económicas, van a ser elaboradas de manera tal que el fenómeno económico, pueda cumplir su objetivo de satisfacer las necesidades, por lo que dichas políticas se centraran en materias como la agrícola, la industrial, la fiscal, la minera, y la monetaria, así como otras que sean del interés económico nacional.

De esta misma manera, las políticas sociales se elaboraran en aras de lograr su objetivo, ya explicado con anterioridad, en materias como la educación, la salud, el empleo, recreación, y vivienda, así como otras que al igual que en el fenómeno económico, sean del interés nacional. El problema en el caso del fenómeno social y de las políticas sociales a aplicar, estará en el hecho, de que las mismas significan un costo y este costo lo determina el grado de avance y desarrollo, así como también la estabilidad que presente el fenómeno económico. Lo que demuestra la interdependencia entre ambos fenómenos "y más cuando agregamos que la salud del sistema económico tiene una estrecha relación con la salud del sujeto que las ejecuta"

Por tanto, los fenómenos económicos son fenómenos sociales. Ambos conceptos se encuentran en la relación de la especie (fenómeno económico) al género (fenómeno social). El concepto de fenómeno social tiene mayor extensión pero menor comprensión que el concepto de fenómeno económico. Los fenómenos económicos presentan las cualidades propias de los fenómenos sociales más aquellas que, por su naturaleza, les son peculiares.

Podemos plantear no solo la analogía sino también la interrelación y articulación de los fenómenos económicos y sociales, puesto que los primeros, solo tendrán explicación dentro de la realidad social, ya que son los actos humanos los que darán sentido económico al mundo real de las cosas y objetos

[1] Uzcategui Díaz, Rafael (1999) Analogía del Fenómeno Económico y del Fenómeno Social. Coordinación de Extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. UCV. P.9, 10, 11, 15