Imaginemos un grupo de gente que nunca ha visto un elefante. Se les venda los ojos y se les pide que toquen a un elefante. Unos dirán que el elefante es una columna, otros dirán que es una manguera y otros dirán que es como una bola. ¿Quién está en lo correcto? Todos están en lo correcto y todos están equivocados.
¿Cómo puede ser posible que alguien esté en lo correcto y a la vez equivocado? La definición del elefante que cada uno tiene es una verdad parcial. Podemos decir que el elefante es un concepto invisible (porque los que tienen los ojos vendados no lo ven en su totalidad) pero sus manifestaciones (bola, manguera o columna) sí son muy concretas y también más simples. Vemos que descripciones concretas contradictorias pueden ser, en algunos casos, consideradas verdades parciales que describen expresiones de algo que podemos llamar un suceso complejo.Una parte de la ciencia se encarga de medir cosas concretas y sacar conclusiones por inferencia acerca de ellas. Desafortunadamente no se puede llegar, únicamente, mediante la ciencia a conocer un suceso complejo. La ciencia trata de hacer inferencias concretas, algo que es de muy limitada aplicación para un suceso complejo, porque éste no es medible de forma concreta, ni extrapolable mediante inferencia. Imaginemos que hacemos un estudio para determinar si el elefante es bola, columna o manguera. Tenemos 3 hipótesis, y cada una se puede demostrar verdadera o falsa. Cada muestra que tomemos dará cosas distintas y no llegamos a probar ninguna de las tres, porque el elefante se manifiesta de las tres maneras. Tenemos el problema de que para estudiar el suceso complejo tenemos que reducirlo a algo concreto, o dicho de otra forma, cristalizarlo en una realidad parcial.
Esta ciencia, no es la ciencia verdadera, la ciencia con mayúsculas, la ciencia como medio especulativo. Esta ciencia es la ciencia de la práctica, es cientificismo, es pragmatismo. No debemos confundirlas. Y recordemos que cuando admitimos que “sólo debemos considerar como válidos los enunciados que nos proporciona la ciencia”. Tal enunciado, no es un enunciado científico, sino un postulado filosófico, y no sería por tanto válido: el cientificismo es auto-contradictorio.