Ciencia y religión

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Los humanos han empleado tantos esfuerzos durante siglos en separar ciencia y religión que comenzar a ver proyectos de investigación y propuestas culturales que las unan me produce cierto nudo en la garganta. A mí siempre me gustó investigar las diferentes expresiones de espiritualidad, religiosas o no, que defienden las sociedades. Y, a un tiempo, he creído en el científico, en el investigador que dedica su vida a encontrar esa prueba que demuestre su fe en los futuros resultados de su proyecto. Por eso me ha gustado Orígenes, el largometraje estadounidense del director Mike Cahill, que ganó el Premio a la Mejor Película en la última edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges. En él, un estudiante de biología molecular, experto en la evolución del ojo humano, descubre, por casualidad, una característica del iris que podría demostrar una de las teorías promovidas por algunas religiones milenarias. Y no les digo más para que puedan disfrutar de una película que deja un sabor agridulce y ganas de mucho más. Eso sí, no abandonen el sofá durante la primera media hora, algo tediosa y sin sentido aparente, permanezcan con fe en sus asientos y denle una oportunidad a la película. Puede que se despierten al día siguiente aún con algún fotograma en sus cabezas.