Científicos denuncian la homofobia en la ciencia.

Por Arturolodetti @latitudgay

Cuando se viralizó la noticia de unos pingüinos gais en un zoo de Alemania, los medios lo cubrieron entre la burla y el chiste. Este fenómeno requería un estudio y atención biológicos que no recibió por la forma heterocentrista como entendemos el mundo. Como destacan en el blog Ciencia LGTBIQ, “lo que un día fue carne de noticias ridículas sobre pingüinos gais en un zoo alemán era producto de una mirada demasiado heterocentrista a la conducta social de los animalitos”. No hubo un tratamiento veraz sobre el rol social que las parejas gais cumplen en las comunidades de pingüinos ni ningún interés en tomarlo en serio.

Este heterocentrismo se debe a quién ostenta el poder en la ciencia: hombres heterosexuales, cisgénero y blancos. Son ellos los que imponen qué es lo que se trata, cómo y por qué. Para combatirlo, el científico LGTBI Javier Armentia presentó en Naukas 2018, una sesión de charlas sobre ciencia y su divulgación, la campaña 500 Queer Scientists, una red de testimonios muy similar al #MeToo y al #MeQueer, que tiene por objetivo dos vertientes: por una parte, visibilizar los científicos LGTBI y tejer una red de sororidad entre ellos, y por otra, promover una ‘ciencia queer’, como la califica Armentia.

Esta ‘ciencia queer’ es un desafío a la heteronormatividad. No solo porque visibiliza a los científicos LGTBI sino porque, además, añade la perspectiva queer al conocimiento científico. Un claro ejemplo es el de los pingüinos gais y toda la ignorancia que rodeó la noticia. Otro de los casos que resalta la importancia de pasarle el filtro arcoíris a la ciencia es el uso de la desinformación científica que hacen algunos medios y organizaciones para promover una agenda conservadora y discriminatoria. LEER NOTA COMPLETA

Fuente: Código Nuevo

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