Los orígenes de Mercurio podrían ser distintos a los de sus hermanos planetas, incluida la Tierra, según recientes descubrimientos que muestran depósitos sorprendentemente ricos de azufre en el suelo, declararon científicos el jueves. Descubrimientos recientes de la primera nave espacial que órbita Mercurio están obligando a los científicos a replantease cómo se formó el planeta más cercano al sol y qué le ha pasado en los últimos 4 mil años.
La sonda Medición de Superficie, Espacio, Ambiente y Geoquímica de Mercurio, apodada Messenger por la sigla en inglés, lleva tres meses de una misión de un año. También ha hallado pruebas de un campo magnético asimétrico y estallidos regulares de electrones que salen a través de la magnetosfera. "Es casi un planeta nuevo porque nunca hemos tenido esta clase de observatorio antes", dijo Sean Solomon, que lidera la investigación, de la Institución Carnegie de Washington.
Los volcanes parecen haber tenido un papel importante en la formación de Mercurio, ya que proporcionaban material nuevo para llenar su superficie llena de cráteres, pero probablemente también le dieron una inesperada cantidad de azufre, un descubrimiento que sugiere que Mercurio podría tener diferentes componentes básicos que Venus, la Tierra y Marte. Los científicos esperaban que Mercurio, que se creía formado en la parte más caliente y densa de la nebulosa solar original, no tendría las temperaturas adecuadas para resistir materiales ligeros como el azufre.
"Elementos como este suelen perderse en el espacio", dijo Solomon. "El hecho de que veamos azufre en la superficie sugiere que probablemente salían gases de azufre". "Todas nuestras ideas simples (...) un planeta caliente, que consume volátiles con facilidad (...) están resultando no ser la historia sencilla que creíamos", añadió Solomon.
Nuevas imágenes de Messenger revelan una enorme llanura de una antigua corriente de lava que cubre un espacio de 400 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente la mitad del tamaño de los Estados Unidos continentales. Otra sorpresa fue el campo magnético asimétrico, que es más fuerte en el norte que en el sur. Los científicos aún no pueden explicar la asimetría, pero una teoría es que el campo magnético del planeta se encuentra en el proceso de inversión.
Mercurio es el único cuerpo terrestre además de la Tierra que tiene un campo magnético y uno de los principales objetivos de la misión del Messenger es averiguar cómo se formó Mercurio, que cuenta con un enorme núcleo de hierro. Los científicos creen que el núcleo de Mercurio, como el de la Tierra, es el responsable de generar su campo magnético.
El Messenger también ha estado controlando los estallidos de electrones en la magnetosfera de Mercurio. Este fenómeno fue detectado por primera vez por la sonda Mariner 10 de la NASA, que pasó junto a Mercurio en 1974. "Estamos observando este fenómeno dinámico en la magnetosfera. Es muy sorprendente y enérgico", dijo Solomon.
Fuente: Informador
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La sonda Messenger es la primera nave espacial que orbita Mercurio y los datos que reunió desde marzo verifican algunas ideas preconcebidas sobre el planeta y desmiente muchas otras. El pasado lunes, la sonda cumplió 88 días en órbita alrededor del planeta, lo que equivale a un año de Mercurio. En el pasado se tenia la idea de errónea de que Mercurio era similar a la Luna que orbita la Tierra, pero las primeras observaciones de la sonda Messenger muestran que es bastante diferente.
Entre las primeras observaciones hay fotografías de grandes llanuras que posiblemente sean el resultado de presunta actividad volcánica y que ocupan una superficie que equivale a la mitad de Estados Unidos continental. El mapeo topográfico de Mercurio muestra profundos cráteres cerca de los polos, donde durante mucho tiempo se supuso podría haber almacenado agua en forma de hielo. Determinar esto es uno de los objetivos de lo que resta de la misión. Lo que está claro es que Mercurio no es la Luna y mucho menos la Tierra.