¿Cientos de miles de millones de planetas similares a la Tierra capaces de albergar vida en nuestra galaxia?

Por Jorge Luis Barrios Mejia @BlueScire

Científicos de la Universidad Nacional Australiana han calculado que existen cientos de miles de millones de planetas parecidos a la Tierra en nuestra galaxia y que podrían albergar vida. Tales planetas estarían situados en las zonas orbitales alrededor de sus respectivos soles en las cuales el nivel de calor solar recibido a esa distancia permite la existencia de agua líquida en la superficie de mundos aptos para ello.

 Las conclusiones a las que ha llegado el equipo de Tim Bovaird y Charley Lineweaver se basan en un análisis de los miles de exoplanetas descubiertos por el telescopio espacial Kepler.

 Por razones derivadas del método de detección, este telescopio tiene un sesgo hacia la observación de planetas muy próximos a sus estrellas, que son demasiado calientes para tener agua líquida, pero el equipo de investigación extrapoló los planetas observados por el Kepler a la población aún no detectada de planetas que deben estar a mayor distancia de sus estrellas, valiéndose para ello de la teoría que hace más de 200 años fue empleada para predecir la existencia de Urano, y a la que se dio el nombre de Ley de Titius-Bode. Los autores del nuevo estudio usaron esta teoría en combinación con los datos del telescopio espacial Kepler para predecir las posiciones de planetas que este no es capaz de captar.

 El cálculo es muy especulativo, pero podría dar una cifra aproximada de los planetas capaces de albergar vida en nuestra galaxia. La vida inteligente, en cambio, debe ser mucho más improbable, al menos así parece indicarlo el hecho de que, habiendo supuestamente tantos planetas habitables no hayamos detectado señales de vida inteligente extraterrestre demostrables científicamente.

La zona orbital habitable es la franja alrededor de una estrella donde el calor de esta permite la existencia de agua líquida en la superficie de un eventual planeta. (Imagen: Adaptación por Aditya Chopra de la Universidad Nacional Australiana, a partir de una imagen del JPL de la NASA)

 “Los ingredientes para la vida son abundantes, y sabemos que los entornos habitables también lo son”, declara al respecto Lineweaver. “Sin embargo, el universo no está repleto de extraterrestres con inteligencia parecida a la humana que puedan construir radiotelescopios y naves espaciales. De otro modo, los habríamos visto u oído. Puede que exista algún ‘cuello de botella’ para el surgimiento de vida que no hemos descubierto aún. O quizá las civilizaciones evolucionan, pero se autodestruyen”, opina Lineweaver.

 La paradoja de que si realmente es tan fácil que pueda surgir vida inteligente en el cosmos, no la hayamos detectado de forma demostrable científicamente, ha sido muy debatida en la comunidad científica desde el inicio de la Era Espacial. Diversas explicaciones se han propuesto como alternativas a la de que simplemente no hay vida inteligente aparte de la humana en el universo o al menos en un amplio radio a nuestro alrededor. Una de las más lógicas de entre estas explicaciones alternativas es que tales entidades hipotéticas usan tecnología de camuflaje para ocultar las señales delatadoras de su existencia en algún mundo o mundos, y que no desean entrar en contacto con la especie humana, por desconfianza generalizada hacia cualquier forma inteligente de vida ajena a su planeta, o porque lo que han averiguado de nosotros no les ha gustado nada.