Bodega: La Calandria
DO: Navarra
Variedades: 100% Garnacha
Alcohol: 14,5%
Precio: alrededor de 11 euros
La Calandria es un proyecto de los que nos encantan, porque son garnachistas (su dirección web lo deja claro: www.puragarnacha.com) porque hacen vinos con historia, y porque intentan mimar la tierra donde producen, empleando cultivo tradicional y huyendo del uso de herbicidas. La viña de la que sale está en Cintruénigo, Navarra, el pueblo de nuestro amigo Alvaro. Se la recomendó un amigo, es una viña vieja (más de 60 años) donde el cierzo se deja sentir de manera espectacular. En este terreno, mayoritariamente arcillo-calcáreo, elaboran vino los dos amigos que forman La Calandria, Javier y Luis, el enólogo. Con una clara definición de principios (“la vida es muy corta para beber malos vinos”), han decidido aportar su granito de arena a los buenos, siempre contando con la garnacha. El nombre del proyecto es el de un pájaro que anida en las viñas, pequeño y ligero, y como el pájaro, dejarán que la vida les lleve donde crezca la garnacha. Un proyecto sin prisas, con alma y sentimiento, el de sus creadores. Elaboran sus vinos, de momento, en una pequeña bodega de Murchante, pero todo se andará…
De los 4 vinos que producen, 3 tintos, uno de maceración carbónica, en envase tipo La Casera (que probaremos !), y 1 rosado, todos de garnacha (os habíamos dicho ya que son garnachistas?), hemos probado su Cientruenos 2011, nombre que es un juego de palabras en referencia al pueblo donde nace (Cintruénigo). Son verdaderos obsesos por permitir al vino preservar y mostrar la fruta, dejar que la garnacha se exprese como es.
Tras la vendimia, la fermentación y maceración a temperatura controlada durante 15 días, con remontado y bazuqueo diario. Posteriormente, una parte pasa a barricas de roble francés de 500 litros, durante 4-5 meses, y otra parte se mantiene en los depósitos. Al final del proceso, se embotellaron unas 6.000 botellas.
Y cómo es este vino? Vamos a verlo:
No tiene un color muy concentrado, aunque sí muy limpio y brillante, granate con un ribete violáceo. En la nariz, ellos lo definen como un perfume, Garnacha nº5, y es cierto, enseña aromas frutales muy frescos, fruta roja, hierbas del bosque, un punto de caramelo, invita totalmente a probarlo. Y en la boca no defrauda, fruta fresca, algo goloso, cálido, un buen punto de acidez, un ligero toque amargo, para nada desagradable. Ellos mismos lo definen como “liviano, refrescante y vivo”. Deja un posgusto largo y amable que invita a beber más. Y encima, tiene potencial de mejorar en la botella ! Por cierto, que también nos atrae su etiqueta, original y distinta.
La revista Decanter lo define como “outstanding”, con 18.75 sobre 20 puntos (lo podéis ver aquí), así que, si no queréis que aprovechen para exportarlo todo a UK…corred a haceros con una botella !
Nosotros lo maridamos con un plato de “carn d’olla”, pero probadlo con parrilladas de carne, o algún guiso, resistirá!