Si bien los teros son bastante agresivos con intrusos que merodeen su territorio y a veces corren ave sino fensivas en esta ocasión el intruso era un peligro potencial ya que si tenía pichones la enorme ave zancuda de seguro los capturaba fácilmente con su enorme pico.
Cuando el tero la hostigaba la cigüeña no se amedrentaba, se colocaba ala defensiva y trataba de defenderse con su pico en ciertas oportunidades, en otras se agachaba pero siempre mirando al tero.