tu cinceladura
va dejando sobre mi cuerpo
la caparrosa que desprende la carne
no soy tu paradigma perfecto
aunque así lo creas
te esfuerzas
en escorzar mis líneas
y cada golpe aflora el capricho malva que duele
¿rezas?
pareces hacerlo
desde tu fantasmal catecismo
al cual pretendes sumarme
no soy tu esclavo
aunque de librea vista mi honra
la suavidad con que engaña tu voz
va de tersa musalina
cuelga sudoroso tu aigrette
de vanidad perpetua
y concluyes tu obra
desparramando la Apsara oculta de tu vientre