Una joven acude al detective Hercules Poirot para que resuelva un crimen cometido dieciséis años atrás,cuando su padre fue envenenado y su madre, Caroline, fue condenada por ello. La hija de ambos, Carla, está dispuesta a remover cielo y tierra para descubrir la verdadera identidad del asesino de su padre y limpiar así la memoria de su desdichada madre.
Con escasas pruebas y demasiados prejuicios, la tarea de Poirot se complica cuando comprueba que sus cinco sospechosos tienen, aparentemente, sólidas coartadas.
Pero, ¿quién será capaz de mantenerse firme ante la inquisitiva perspicacia de tan avispado investigador?
Impresión personal.
Cinco cerditos es un caso de Hercules Poirot que se lee relativamente rápido porque sus capítulos son cortos, se centran en un único personaje cada vez y al estar dividido en tres partes bien definidas, se sigue muy bien y con soltura la investigación que realiza el detective. Por cierto, y por no variar, no he descubierto al asesino/a en ningún momento ni los motivos que le van llevando a su conclusión. El título hace alusión a una antigua canción de cuna inglesa en la que intervienen cinco cerditos, que serían en la historia los cinco personajes que Poirot investiga.
La diferencia esencial de este libro con el resto es que el asesinato que Hercules Poirot investiga en esta ocasión se produjo hace dieciséis años y que la justicia ya decidió que la asesina fue Caroline, la madre de Carla, que es quien quiere saber al cabo de los años, cuando ya es adulta y piensa casarse, quien mató de verdad a su padre, ya que ella piensa que su madre es inocente tal y como le confesó antes de morir en la cárcel.
Un libro muy bien escrito, con sencillez y soltura, pero, sobre todo, con una inteligencia en los detalles que a mi no deja de sorprenderme. A pesar de que han pasado dieciséis años desde los hechos, la autora perfila perfectamente los recuerdos de los personajes, incluyendo sus lagunas selectivas de memoria.
¡Merece totalmente la pena!