Autora: Agatha Christie
Editorial: Espasa
Número de páginas: 256
ISBN: 9788467051537
Precio: 15 €
Puntuación: 8
Dieciséis años atrás, Caroline Crale fue condenada por asesinar a su esposo, el pintor Amyas Crale, cuando éste estaba a punto de abandonarla por una mujer más joven. Tras morir en prisión, Caroline dejó una carta a su hija de cinco años, Carla, reafirmando su inocencia. Ahora Carla sabe que necesita la ayuda del mejor detective del mundo para volver al pasado y hallar al verdadero asesino, honrando así la memoria de su madre.
Hércules Poirot someterá a sus peculiares interrogatorios a cinco sospechosos: a Elsa Greer, la última amante del difunto; a Angela, la hermanastra de Caroline; a la señorita Williams, la institutriz; y a los hermanos Blake, uno de ellos agente de bolsa y el otro aficionado a la botánica. Todos cuentan con una coartada sólida, pero uno de ellos miente. ¿Quién será el asesino?
Con este son ya 9 los libros que he leído de Agatha Christie. Esta mujer es la autora que más he leído, sólo empatada por Laura Gallego, y oficialmente es la mejor escritora de novela policíaca de este mundo.
Este es un nuevo caso para Hercule Poirot: esta vez, es un caso un tanto peculiar, pues el asesinato ocurrió hace 16 años y la supuesta culpable ya fue juzgada. Sin embargo, su hija reaparece buscando la ayuda de Poirot porque está convencida de que su madre -acusada del asesinato de su padre- es inocente, ya que le dejó una nota antes de morir diciendo que lo era.
Poirot se pondrá en marcha y escuchará los testimonios de las 5 personas que estuvieron en el lugar del crimen aquel día. Gracias a las palabras de cada uno, a las diferentes versiones e impresiones, podrá dar con la verdad.
Como todos los libros de Agatha Christie, Cinco cerditos es bastante corto, está escrito de forma sencilla y se lee con facilidad. Es cierto que se puede hacer un poco repetitivo, al contar tantas veces la misma versión de lo mismo y darle vueltas siempre a los mismos hechos, pero todo esto es necesario para poder fijarnos en los detalles y descubrir qué fue lo que pasó en realidad. Tardé un poco, al principio, en ubicar a los personajes -y eso que no son tantos- pero una vez que me aclaré resultó mucho más fácil de leer.
Mi gran error fue no esperar hasta la última página para empezar a echarme flores. Cuando terminé el libro, me di cuenta de que la autora lo había vuelto a hacer: había jugado conmigo como había querido. Había seguido la línea de pensamiento que ella quería que siguiera desde el principio y, tan emperrada como estaba en esa teoría, no consideré que el asesino pudiera ser otra persona hasta que es descubierto por Poirot. Vamos, que me llevé una auténtica sorpresa, me salió una sonrisa al saberme engañada completamente y al haberme creído más lista de lo que realmente era.
En resumen: Agatha Christie ha vuelto a conseguirlo.Ha vuelto a crear un caso para Poirot que parece claro, prácticamente resuelto, pero que al final te sorprende de sobremanera.