Cinco días de octubre

Publicado el 14 enero 2023 por Aurisecular

Volver a Jordi Sierra i Fabra es apostar a caballo ganador. Cuando además es novela policíaca, sabemos que encontraremos en sus páginas la dosis justa de tensión, afectividad, ritmo, atención y sentimiento, porque la serie de Miquel Mascarell es policíaca histórica; en realidad no sé si existe esa denominación lo que es innegable es que el autor coloca a su policía en la Barcelona de la guerra civil y la posguerra.

En un principio se publicó en 2011 e iba a suponer una trilogía: comienzo de la guerra, encarcelamiento del policía republicano y, finalmente, su salida. Pero el cariño de los lectores por las aventuras de Mascarell obligó al autor a seguir la colección, creo que va por la décima entrega.

En Cinco días de octubre se cierra la trilogía primitiva, cuando Miquel, tras haber estado prisionero en el Valle de los caídos realizando trabajos forzados, vuelve a Barcelona. Ya parece que ha rehecho su vida con Patro, a la que siendo una niña le salvó la vida. Ahora la ha liberado de la prostitución y llevan viviendo juntos un año. Cuando todo parece haber alcanzado cierta estabilidad, se presenta en su casa Benigno Sáez, un extorsionista, maltratador y asesino que, tras una amenaza velada, consigue que Miquel, aunque ya no es policía, acepte encontrar el cuerpo de su sobrino, a quien mató en la guerra un republicano, con la excusa de que la última voluntad de la madre del chico, hermana de Benigno, es que sus restos reposen junto a los de su hijo en el panteón familiar.

El dolor de las personas, llevado al extremo, queda perfectamente reflejado en el miedo de Patro y la prepotencia de Benigno y de todos los que como él escalaron socialmente a costa de malograr a los demás, "Patro estaba seria, blanca como la cera. Sus ojos lo decían todo. Sentada atrás, en medio de aquel lujo, daba la impresión de haber menguado".

En Cinco días de octubre circula una gran variedad de personajes afectados por la guerra; al leer la novela queda en nosotros la visión ideológica y el compromiso social que transmite. No debemos caer en el olvido porque no podemos consentir que vuelva a ocurrir algo parecido; la novela, la serie, es ante todo honesta con nuestro pasado y esperanzadora con nuestro futuro: "Por todas partes, por todas, había restos, mitades, fragmentos de seres humanos reubicados y decididos a sobrevivir, tal vez para poder recordar".

Jordi Sierra se implica hasta el fondo en los aspectos que pueden ayudar a que una sociedad resuelva sus problemas. El inspector Miquel Mascarell protagoniza una serie policíaca de gran concienciación social porque el autor plasma sus sentimientos, en ocasiones como narrador omnisciente, en otras de manera epistolar capaz de contener cierto lirismo: "Esto es todo, hermano. Te quiero. Amalia te manda muchos besos. La vida nos separó pero nuestras mentes jamás serán holladas. Nos pertenecen".