¿Qué tomará mañana de postre en la cena de Nochebuena? En realidad, no importa lo que elija, ya que, estos días, antes que nada arranca una maratón de ágapes en los que la cocina dulce también tiene su protagonismo. Aquí van cinco pistas orientativas de dulces a tener en cuenta en la agenda de un gourmet:
El turrón. El dulce clásico por excelencia sigue teniendo en los obradores tradicionales a su mejor aliado. Un lugar a visitar estos días es Casa Mira, un local por el que parece que no ha pasado el tiempo y en el que se venden increíbles turrones al peso. Recuerde que para comprar en este establecimiento, ubicado a un paso de la madrileña Puerta del Sol aunque con un origen histórico en Alicante, es posible que tenga que hacer cola y, en todo caso, deberá seguir las normas de funcionamiento de la casa: en un mostrador se pide el producto y con un tícket de papel se visita la caja donde le entregarán su pedido.
Los polvorones. Es un dulce navideño que ha sufrido las consecuencias de una venta en formato industrial y no siempre, pero sí en ocasiones, con una baja calidad. Sin embargo, un polvorón bien hecho puede ser un manjar. Un ejemplo de buenos polvorones son los de Pastelerías Mallorca, en Madrid, que se venden al peso o en cajas.
El panettone. Es un dulce importado de la cultura navideña italiana que, año tras año, gana seguidores entre la clientela española. En el mercado nacional, hay dos panettone imprescindibles. Uno es el de Paco Torreblanco, posicionado como uno de los modernizadores de la repostería en España. Su panettone puede comprarse en sus tiendas (la central está en Elda, Alicante, donde cuenta con su obrador central). Uno de sus discípulos aventajados es el asturiano Julio Blanco, que oficia en las pastelerías Pomme Sucre, con una sede en Madrid, donde puede adquirirse su sabroso panettone bajo varias fórmulas. Una de ellas es una receta especial de Navidad elaborada con chocolate y frutas.
El roscón de Reyes. Aunque es el dulce típico del día de Reyes, estos días ya empieza a verse en muchas pastelerías. Una opción es Nunos Pastelería, en Madrid, donde su maestro pastelero, José Fernández, ha sido distinguido varios años con el premio al mejor roscón de Madrid. Aparte de su formato tradicional (quizás, el mejor), hay opciones más evolucionadas como el Roscobombón, que, con crema de frambuesa y una cobertura de chocolate, emula al conocido bollo infantil Tigretón. Otra pista a tener en cuenta es Viena La Baguette (con sus tiendas de Viena La Crem), elaborados a mano bajo una receta centenaria y que puede adquirirse también relleno de nata. Además, en Madrid, los roscones de lugares como el Horno de San Onofre y Niza, que, tras cerrar su preciosa tienda de la calle Argensola (mítica por sus pasteles rusos y sus hojaldres, entre otras especialidades), se trasladó a Majadahonda.
El pan dulce de Navidad. Es un pan elaborado con pasas, higos, nueces, miel y requesón, cuya receta tradicional ha decidido recuperar este año L’Obrador, la cadena de panaderías de Barcelona un negocio liderado por por la familia Gallés. Este pan, cuyos ingredientes se mencionan en el villancico catalán ‘El noi de la mare’, está pensado para funcionar como postre, pero también para acompañar comidas y cenas navideñas.
Fuente: Expansión