1. La portada: es lo primero que vemos del libro y lo más importante para que nos llame la atención. Es muy importante pasearte por los pasillos y fijarte en todas las imágenes, porque como dicen, una imagen vale más que mil palabras, por lo que si alguna te llama, no dudes en cogerla.
2. La sinopsis: aunque a veces los dos párrafos que vienen en la contraportada pueden hacernos algún destripe, merece la pena pararse un segundo a leerlas —aunque sea en diagonal— para poder hacerte una idea sobre qué va a ir cada novela. Con ellas puedes ver si encaja o no con tus gustos.
3. Intuición: a veces no es la portada, ni siquiera la sinopsis lo que nos cautiva, pero hay algo que nos dice que tenemos que leerlo. Dicen que las decisiones más exitosas de la historia se han tomado con un poco de información y mucha intuición, así que no dejes que lo que te dicen tus entrañas quede olvidado.
4. Continúa con el autor: piénsalo, si hay un autor que te ha llegado hasta el fondo, ¿por qué no darle más oportunidades a su obra? Un escritor siempre deja mucho de su ser en cada una de sus historias, así que eso que te ha emocionado puede seguir siempre presente.
5. Cierra los ojos y elige uno: si no sabes qué elegir, deja que el destino escoja por ti. Ponte en tu estantería y coge uno al azar, coge el primero que veas en la librería de tu barrio, da igual, porque seguro que hay millones de historias que siguen esperándote para emocionarte. ¿Cómo escoges tú las lecturas una vez has terminado un libro que te ha emocionado? ¿Tardas mucho en volver a enamorarte de la lectura tras una buena experiencia?