El concierto número 62 de Silvio, que marcaba el cierre de su intensa y larga gira por los barrios, no podía pedir mejor colofón que contar con la presencia de unos hombres que escribieron la Historia con su hazaña de resistencia.
Desde casi el mismo comienzo, ya se podía adivinar que Silvio tendría que cantar El Necio, una canción que parecía hecha para ellos, que se convirtió en una suerte de himno, un canto a la dignidad de cinco hombres que se negaron a arrodillarse incluso bajo las más duras presiones.
Pero lo que pocos pudieron prever fue que esos cinco necios terminaran robándose el espectáculo, cantando seguidamente , y Pequeña serenata diurna junto a Silvio, y luego, acompañados por Vicente Feliú, , el poema de Tony musicalizado por esa alma supremamente sensible que fuera Polo Montañés.
Fue un concierto de lujo, preñado de emociones, de momentos únicos e inolvidables como las lágrimas compartidas de Adriana y Gerardo ante las notas de Amada...
Y la noticia que ya todos sabían adquirió ese sábado nuevos detalles: en aproximadamente dos semanas nacerá Gema, la mejor recompensa tras tantos años de espera angustiosa e ilusiones pospuestas.