Cinco razones para entender el @HuracanValencia 0 - Orihuela 1

Publicado el 22 noviembre 2011 por Unoodostoques

¡Cómo! ¿Segunda B en el blog? Sí. Este fin de semana, como parece que los serán todos hasta que pasen Reyes, han sido de poco fútbol en directo. Pero gracias a los amigos de Huracán Valencia, pude asistir el domingo a verles, por primera vez en vivo, después de un gran arranque en sus primeros partidos oficiales.

Por desgracia, no pude celebrar la victoria de los anfitriones, pero sí que me dejó muchos detalles para darle vueltas a la cabeza durante el partido y la vuelta a casa. Es más, este partido, de la Segunda B, me dio más temas de entretenimiento que muchos de la máxima categoría.

Os dejo cinco puntos de reflexión:

Trivote local: Nico Estévez dispuso a tres jugadores en el centro del campo: Herni con Omgba a la derecha y Javi Moreno a su izquierda. A la hora de ralentizar el juego del Orihuela funcionó perfectamente. Herni unos pocos metros por delante de los centrales pero estando al quite para crear superioridades cuando su equipo presionaba en su campo recuperó mucho y cortó más mientras que Omgba no sólo echaba una mano en defensa en su banda (por donde más atacó el Orihuela) sino que siempre que pudo avanzaba su posición para ser una alternativa a recibir el balón. 

Me cojeó el equipo por la zona de Javi Moreno, ya que a penas hubo actividad por esa zona en defensa y en ataque Pla y Omar cuando se dejó caer por la izquierda parecían crear suficientes problemas. Hubiera sido mejor, quizás, sacrificar su presencia en favor de algún jugador más creativo o situándolo más adelantado.

Automatismos vs. ser previsible: Es la sensación que me daba el Orihuela sobre todo durante la primera parte. Volcó todo su ataque por la banda izquierda y a penas pegaron pelotazos innecesarios desde atrás. Esto ayudaba al sistema defensivo de Huracán, que sabía a qué velocidad y por dónde irían los tiros, pero al mismo tiempo obligaba la perfección en cada acción para acabar con el peligro. Máxima intensidad en esa zona no dejó a Mateos proyectar más ataques (interesante cómo buscaba los pases al espacio el lateral derecho).

Los cambios de dibujo: Fue un partido donde los equipos variaron mucho el dibujo en función de lo que buscaban. Huracán empezó con un 4-3-3 para pasar a un 4-2-3-1 donde tenía más sentido (aunque menos participación) la presencia de Postigo fijando a los centrales y dando espacios a los tres jugadores por detrás suyo. En los minutos finales ya fue totalmente vertical, con balones colgados en busca del empate.

El Orihuela arrancó con un 4-1-4-1 y fue, curiosamente, la misma formación que adoptó Huracán para ser más ofensivo la que eligió Garitano para amarrar el marcador. Fue también en la segunda parte cuando quiso entrar más por la derecha y por donde forzó el córner que le valió el gol. 

Posesión y acabar las jugadas: Fue algo que me llamó poderosamente la atención. El ritmo fue alto, frenético en ocasiones, pero no se traducía en opciones de gol. No contaría más de cinco disparos entre los dos equipos y no más de tres entre palos. Un curioso ida y vuelta donde el físico pasó factura en los últimos minutos. Ninguno de los dos equipos intentó ni una vez en hacer un ataque a partir de la posesión sino buscar al rival desprotegido cuando perdía un balón. Pero a pesar de esas intenciones por parte de los dos equipos, lo dicho, no se finalizaban las jugadas, lo que provocaba que el partido fuera de una portería a otra sin que ninguno de los dos impusiera su estilo, o mejor dicho, hilara más jugadas de manera consecutiva.

Bajas: Será el gran punto negro de este partido. Ambos equipos se presentaban con varias bajas de jugadores que seguro que podrían haber marcado alguna diferencia en un encuentro que vi igualado y que sólo las tablas del Orihuela decantó. Hubo poco lucimiento personal (Omar dejó los detalles de más clase) e incluso me atrevería a decir que demasiado respeto en los planteamientos iniciales. Nunca sabré si con todos los efectivos disponibles los entrenadores se hubieran atrevido a ser ‘más agresivos’ desde el principio.

En resumen fue un partido muy entrentenido, donde los entramados defensivos se impusieron a los ataques, que se presentaron muy precavidos y donde sólo la estrategia fue capaz de cambiar el signo de un choque igualado.