1. Venezuela: sí, conviene más que gane Petro a que gane Duque para resolver este problema. ¿Por qué? Porque si gana Duque Maduro se va a afianzar aún más en el hermano país, porque Maduro tendría otra razón para reforzar su poder en esa nación a consecuencia de tener lo que él llama: “Una amenaza de la derecha bogotana y uribista”. Si gana Petro, en cambio, se le acaban los “enemigos externos” a Maduro, y tiene que empezar a gobernar bien o declinar completamente sus ambiciones hacia futuro por falta de eficacia en la gestión. La situación de Venezuela se debe resolver por las “buenas” como ha manifestado Petro varias veces, y con la ayuda de la comunidad internacional y aplicando los mecanismos de la Carta democrática de la OEA. Con Duque, Maduro se enquistaría aún más y sería otro papayaso para darle a este señor, o sea otra disculpa para seguir abrochando a los venezolanos.
2. La paz: Petro ha manifestado que es un vehemente defensor del proceso de paz con las Farc. Él ha dicho en varias ocasiones que el proceso de paz de Santos ha sido exitoso y que se debe profundizar, para llevar igualmente a una mesa de conversaciones y dejación de armas al Eln, como se hizo con las Farc. En el otro extremo, el señor Duque dice que “ni risas ni trizas”, sin embargo, es obvio que si se reforma el acuerdo de paz con las Farc, es elemental que este grupo se sienta traicionado y que tenga una tentación aún más fuerte de volver a la guerra.
3. Economía: Petro tiene razón, Colombia no puede seguir dependiendo del petróleo, más aún cuando no lo tenemos. No estamos dentro de los veinticinco países petroleros del mundo y por el tema del calentamiento global los Estados cada día serán más reacios a comprar carbón y combustibles fósiles en general. Petro propone un cambio de modelo de desarrollo, donde se incluye preferentemente el agro como motor de desarrollo y de ingresos para el país. La imposición de altos impuestos a predios latifundistas por improductividad es una medida que no tiene reversas cuando Colombia se está quedando sin recursos por culpa de los devaneos de los precios de los hicrocarburos. Duque dice que va a bajar impuestos de renta, pero ¿de dónde sacaría los recursos si Colombia tiene déficit fiscal? Pues del IVA, y Colombia no puede soportar otra alza de este impuesto que es totalmente regresivo.
4. Balance de poderes: Si queda Duque de presidente se corre un riesgo muy grande de que los tres poderes del Estado queden en manos de la misma coalisión que llegó al poder, esto significa que si este señor se posesiona como presidente de la República controlaría el poder ejecutivo, el legislativo y ya están haciendo planes para reformar la rama judicial y probablemente insertar el voto del presidente de la República o del Congreso para nombrar a esa supercorte que reemplazaría a las que ya existen. Con Petro habría un balance de poderes. Él no controla la rama legislativa, y no ha propuesto meterle mano al nombramiento de magistrados en la rama judicial.
5. Petro, ya lo conocemos: el señor Duque es demasiado joven e inexperto como para ser Presidente de la República, a sus escasos cuarenta y un años solo ha tenido un cargo público de importancia: senador, y eso que por menos de cuatro años. Con Petro es diferente, ya ha sido representante a la cámara, senador y alcalde de Bogotá –el segundo cargo ejecutivo más importante del país-. Petro fue unmagnífico congresista, sus debates fueron famosos, él fue valiente denunciado casos graves de corrupción y de para- política, y se metió con gente de mucho poder. Como alcalde fue muy polémico pero prohibió las corridas de toros y según dicen en el Sur la percepción sobre su alcaldía dista mucho de la que tienen los que viven en el Norte, o sea, que según ellos, fue buena. Duque es pilo pero inexperto, y la presidencia de la República exige tener más que pilera para soportar la arremetida de los problemas nacionales que no son pocos. Petro, mal que bien, tiene cuero duro, conoce muy bien el país, el poder, y la experiencia no se improvisa.
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