Surge entre ellos el típico flechazo a primera vista, una atracción fatal que deriva en una relación muy compleja.
Al principio, todo asemeja un cortejo de lo más usual: chico conoce chica, se atraen, se gustan, se enamoran. Pero las cosas no marchan por esos derroteros...
Ana tiene 21 años, es virgen, inocente y cuando conoce a Christian, comienza a experimentar los primeros síntomas de la seducción, una corriente extraña cuando él le toca, mariposas en el estómago. Y es que es tan atractivo, tan guapo...
Anastasia se deja llevar y cuando quiere darse cuenta ya está atrapada en sus ojos impenetrables, en el hechizo de ese hombre, que tiene un lado triste y que peca de todo, salvo de usual.
Pero probablemente ambos esperen cosas muy distintas uno del otro: el tiene gustos sexuales fuertes, relacionados con el BDSM, quiere una relación amo/sumisa y que ella firme un contrato pormenorizado con unas estrictas reglas a cumplir.
"¿Cuál es la reacción adecuada cuando descubres que tu posible amante es un sádico o un masoquista total?"
Algunos juegos eróticos, de este "obseso del control", no le gustan, no terminan de convencerla, como por ejemplo los azotes. Aunque obviando estos detalles más escabrosos, la verdad es que Ana está encantada con todo lo que él le hace.
Pero se está enamorando y llega un momento en el que quiere más: un novio, un compromiso, algo más que sexo, sexo y solo sexo.
Desde los comienzos Christian le ha advertido que se aleje de él, que no le conviene, que su vida no ha sido fácil, que esta envuelto en cincuenta sombras...
"Anastasia, deberías mantenerte alejada de mí. No soy un hombre para ti —suspira".
¿Será Christian capaz de ofrecerle una relación normal? ¿Firmará Anastasia su contrato? ¿Tendrá madera de sumisa? ¿Surgirá verdadero amor entre ellos? ¿Conocerá por fin sus cincuenta sombras?
El verdadero nombre de esta autora novel es Erika Leonard, tiene 48 años y vive con su marido y sus dos hijos en las afueras de Londres.
Fan incondicional de la saga "Crepúsculo", Erika comenzó sus andanzas literarias, escribiendo su fanfic titulado por ella “MOTU” (Master of the Universe) en Internet (ver “Curiosidades del argumento”)
Tan famoso se hizo por el ciberespacio, este fanfiction por entregas, tanto éxito y tantas descargas tuvo, que una pequeña editorial virtual australiana "The Writer’s Coffee Shop Publishing House", haciendo gala de un extraordinario olfato literario, se interesó y la publicó en formato digital.
El libro fue pasando de boca en boca, hasta que se convirtió en un fenómeno electrónico increíble.
Poco a poco fue llamando la atención de otras editoriales y ya en marzo de este año, Vintage Books lanzó en EEUU lo que en la actualidad supone la trilogía erótica en papel, que está en boca de todo el mundo.
En abril de este año, James ha sido nombrada una de las “100 personas más influyentes en el mundo” por la revista “TIME” y su libro ha vendido más de 10 millones de copias y ha pasado a formar parte de la lista de best-sellers del “New York Times”
Estoy de acuerdo con quienes afirman que “el verdadero mérito de la obra, es el haber sabido aprovechar los nuevos medios así como las posibilidades comerciales del ebook y haber sabido crear las dosis de polémica necesarias para hacerse visible en un entorno de oferta tan saturada como desmedida”.
Os dejo la rueda de prensa que le hicieron a la autora cuando vino a Madrid.
-- Esta historia surgió a partir de un fanfic de la saga Crepúsculo, llamado Masters of the Universe (MOTU), firmado por “Snowqueens Icedragon”, seudónimo de LJ James (que tampoco es el verdadero nombre de esta autora, como ya he explicado arriba).
A estas alturas de la película, seguro que casi todo@s sabéis lo que es un “fanfic” o “fanfiction”. Por si alguno hay que todavía lo desconoce, os cuento que significa literalmente “ficción de fans” y que consiste en un argumento inventado y escrito por un aficionad@ a un libro, serie, película, que utiliza los personajes originales del autor, jugando con ellos, creando nuevos entornos, situaciones, personajes secundarios, etc.
Obviamente, los nombres de los protagonistas y demás personajes de "Crepúsculo" se cambiaron, por ser propiedad de Meyer: Christian y Anastasia, adoptaron los personajes de Edward y Bella, Kate se convirtió en Rosalie, José en Jacob, Elliot, el hermano de Grey en Esmet, Mia en Alice, etc.
Parece ser que la idea de retomar el universo creativo de una obra ajena, es algo que data de la antigüedad, pero en su forma actual, es decir, como historia breve escrita por un fan y no por un escritor profesional, los fanfictions son un fenómeno propio del siglo XX.
Uno de los primeros que vio la luz aprovechando la aparición de Internet y el abaratamiento de los costos de impresión, fue “Spokanalia”, creado a partir de la serie de televisión Star Trek.
-- Aún a riesgo de parecer inculta, os diré que no tenía ni idea de lo que significa BDSM, práctica en la que Grey se encuentra inmerso. Tuve que indagar un poco en Internet:
“Es la denominación usualmente empleada para designar una serie de prácticas y aficiones sexuales relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidad extrema convencional.”
Las siglas son:
B de “Bondage”: denominación aplicada a los encordamientos eróticos ejecutados sobre una persona vestida o desnuda. Los atamientos pueden hacerse sobre una parte o sobre la totalidad del cuerpo, utilizando generalmente cuerdas, aunque también se puede ver en muchas ocasiones el uso de cinta, telas, cadenas, esposas y cualquier otra cosa que pueda servir para inmovilizar a una persona. Con cierta frecuencia, a la persona se le aplica una mordaza o los ojos vendados.
D de “Disciplina y dominación”
S de “sadismo y sumisión”
M de “masoquismo”.
-- La “palabra de seguridad” es una palabra elegida para que la persona sumisa pueda usarla cuando necesite indicarle al amo que quiere parar y poder diferenciarlo de la escenificación del "¡no, no más!", que podía ser parte del juego sexual pactado entre ambos y dejarle claro que su protesta es real. Ana también tiene su “palabra de seguridad”
-- En el argot de la subcultura BDSM, se denomina “sexualidad vainilla” a las personas que practican exclusivamente el llamado sexo convencional, sin deseos de experimentar nuevas sensaciones.
“¿Polvo vainilla? —le pregunto, aunque solo sea para no pensar en su intensa, ardiente y sexy mirada. Se ríe. —Sexo convencional, Anastasia, sin juguetes ni accesorios.”
-- También me parece curioso que habiendo alcanzado un nivel de intimidad tan profundo, los dos protagonistas de esta historia no se tuteen, y se denominen entre ellos “señor” y “señorita Steele”, que tengan esas formalidades, que rara vez se llamen por su nombre…
Tanto bombo y platillo, tanto marketing desmesurado, ha conseguido que caiga en la tentación de sumergirme en esta trilogía escrita por una mujer y para las mujeres. Y es que según vas leyendo vas siendo más consciente de que nunca podría haber sido escrita por un hombre.
Su argumento cargado de erotismo, sexo duro, con toques de sadomasoquismo, le han valido la censura en decenas de bibliotecas públicas en Florida, Georgia y Wisconsin, por ser considerada "pornográfica".
Ha sido etiquetada con varios calificativos como "porno para mamás", “erotismo para mujeres maduras” “Crepúsculo para adultas”. Especialmente el de “porno para mamás” me resulta del todo incomprensible, porque yo me pregunto: ¿es que las madres necesitan un tipo de lecturas porno especiales?
Literariamente hablando, está escrita con un lenguaje sencillo, directo, sin florituras, pero a mi modesto parecer, hay un detalle que no me ha gustado, que creo resta calidad literaria a la novela. Y es el hecho de que repita constantemente y hasta la saciedad, unas cuantas frases, como:
“¡Madre mía!”
”Ojos impenetrables”
”Me ruborizo”.
”La diosa que llevo dentro” (cuando habla con su subconsciente)
De todas, la que se lleva la palma, es la de “Madre mía”. Si hago una búsqueda en el ipad me sale la frasecita 102 veces. Pero la que más me ha sorprendido, ha sido “me ruborizo” (72 veces): la autora podría fácilmente haber evitado tanto rubor y además francamente, no entiendo que con casi 22 años, Anastasia se esté ruborizando y ruborizando todo el tiempo. Me parece excesivo.
A mi me ha chocado, pero como no soy una experta, igual resulta que es un artilugio literario de lo más sofisticado.
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Bueno, pues leerse, se lee del tirón. Puede que hasta te enganche, pero no pasa de ser una novela erótica-pornográfica, por como describe cada una de las escenas sexuales y que está aderezada con ciertos toques románticos, algo que quizás la haga distinta a otras de su misma condición. Pero la verdad, no es para tanto…
Reconozco que te hace pasar el rato y que me la terminé en un santiamén, quizás por el morbo de saber hacia donde podía llegar una relación de esta naturaleza, si Anastasia iba a terminar firmando el famoso contrato Amo-sumisa.
En definitiva, creo que si te decides a leerla, puede ocurrir de todo: que te encante y la devores, que solo consiga hacerte pasar el rato, que te aburra soberanamente, o incluso que llegue a escandalizarte. De hecho, he leído críticas y reseñas para todos los gustos...
El final me sorprendió, no me lo esperaba de esa forma, y ha conseguido mantener mi curiosidad por saber por donde van a ir los tiros en la segunda entrega de la saga, que empezaré en breve.
Aunque si va a ser más de lo mismo, creo que me va a cansar y a aburrir. Ya veremos…
Os dejo la opinión de una directora y escritora de cine erótico que vale la pena leer y que tacha el "fenómeno Grey (gris)” del momento, como un gran estereotipo de fantasía machista de dominación fácil y socarrona.
El booktrailer del libro:
Ana vive en Portland, tiene 21 años, es virgen (poco creíble en los tiempos que corren, ¿no?) y nunca ha tenido una relación seria.
Desde el primer momento en que conoció a Christian, ya supo que eran almas gemelas, aunque debió pasar algún tiempo para que se diera cuenta de que se estaba metiendo en la boca del lobo y que ya no había vuelta atrás.
Todo de Christian le atrae, le ruboriza, le enciende por dentro, incluso inexplicablemente sus prácticas sadomasoquistas, las esposas, látigos, fustas, de su "habitación de juegos", el extraño "cuarto rojo del dolor".
"Abre la puerta y se aparta a un lado para que entre yo primero. Vuelvo a mirarlo. Quiero saber lo que hay ahí dentro. Respiro hondo y entro. Y siento como si me hubiera transportado al siglo XVI, a la época de la Inquisición española Y una parte de mí no quiere. Una parte de mí quiere gritar y salir corriendo de este cuarto y de todo lo que representa. Me siento muy desorientada."
Pero hay cosas que no entiende, como el hecho de que él no la deje tocarle el torso, acariciarle, de que siempre se preocupe excesivamente de que ella coma bien.
"Yo no tengo novias" "No soy un hombre de flores y corazones" "No me interesan las historias de amor". "Mis gustos son muy peculiares. Deberías mantenerte alejada de mí. En primer lugar, yo no hago el amor. Yo follo… duro"
Él está empeñado en que firme un contrato con unas estrictas normas, pero ella no parece muy por la labor de firmarlo:
"¿Eres un sádico? —Soy un Amo. — ¿Qué significa eso? —le pregunto en un susurro. —Significa que quiero que te rindas a mí en todo voluntariamente."
¿Que problema psicológico tiene Christian Grey? Según le cuenta, cuando tenía 15 años una amiga de su madre le sedujo sexualmente.
Ella también tenía gustos muy peculiares y él fue su sumiso durante 6 años, privado de su adolescencia. Después de saber estos detalles de su adolescencia, Ana le entiende mucho mejor.
Pero algo inusual le está ocurriendo a Christian con Anastasia, que le lleva a hacer cosas que nunca antes había hecho, como dormir en la misma cama que una mujer, presentarles a sus padres, querer conocer a la madre de Ana…
La gran incógnita, es saber si al final Ana firmará el contrato, porque avanzas y avanzas en el libro y ella le va dando largas…
El final me sorprendió: No firma el contrato y decide abandonar a Christian, no se ve capaz de ser la sumisa que él va buscando. Sabe que le va a echar mucho de menos, y que no va a ser nada fácil, pero también es consciente de que ambos piden cosas distintas a una relación de pareja.
Para que os hagáis una ligera idea, estas son algunas de las NORMAS y EL CONTRATO: ”La Sumisa obedecerá inmediatamente todas las instrucciones del Amo, sin dudar, sin reservas y de forma expeditiva.
La Sumisa aceptará toda actividad sexual que el Amo considere oportuna y placentera.
La sumisa debe ofrecer al Amo, sin preguntar ni dudar, todo el placer que este le exija, y debe aceptar, sin preguntar ni dudar, el entrenamiento, la orientación y la disciplina en todas sus formas.
El incumplimiento de cualquiera de las normas anteriores será inmediatamente castigado, y el Amo determinará la naturaleza del castigo".