Esta es una de esas películas sobre la que oyes hablar y sabes que tienes que verla. La mencionaron de pasada en "El callejón del Escribano", una sección que forma parte del programa "La rosa de los vientos" y que está a cargo del crítico de cine Jose Manuel Escribano. Hablaron de pasada de ella, imagino que por ser del año 2.013 y no tratarse de un estreno, y coincidió que escuché la última parte de la crítica, donde contaban de qué iba. Pero no llegué a oír el nombre. Así que indagando, descubrí que se trataba de "Snowpiercer".
Ahí va un pequeño adelanto:
En el año 2014 y en el intento de controlar las consecuencias de un cambio climático que parece imparable, en lugar de solucionar el problema, éste se agrava debido a un fallo en el proceso y que da lugar a una nueva edad de hielo en la tierra.
Los supervivientes, los únicos que han quedado de la raza humana, se encuentran en un tren que nunca se detiene, y que viaja alrededor del mundo en una ruta circular.
La película es surcoreana, tiene una duración de 126 minutos y está dirigida por Bong Joon-ho. La película está basada en una novela gráfica francesa, "Le Trasperceneige", escrita por Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb. El asunto es que en el tren existen capas sociales al igual que en cualquier sociedad, estando en la cola del mismo los de clase más baja, y conforme se va avanzando a lo largo del inmenso tren, va aumentando la clase de los supervivientes, hasta llegar al primer vagón, donde se haya el motor y también Wilford, el magnate creador del tren.
En la cola, en condiciones infrahumanas, se hacinan los pasajeros, harapientos y sucios, vigilados constantemente por guardias armados para evitar que salgan de la zona. Son alimentados mediante unas barras gelatinosas que se supone aportan todos los nutrientes necesarios para su supervivencia.
Pero como siempre, en estos casos, hay quien no solo no está de acuerdo con su situación, sino que además intentará algo al respecto para que las cosas cambien. En este caso, es Chris Evans (lo conoceréis por su papel de Capitán América) es Curtis, quien apoyado por el anciano Gilliam (John Hurt), que aunque comparte destino con Curtis, parece ser el mentor o guía de todos ellos. También le acompaña Edgard, interpretado por Jamie Bell.
El vagón de cola, con todos sus ocupantes, y Gilliam al fondo, de pie.
Curtis toma la decisión de planear una fuga de la cola del tren, con la finalidad de avanzar por el mismo hasta llegar al motor, donde, supuéstamente, se encuentra Wilford. Le acompañará, además de otros, de un experto en seguridad llamado Namgoong Minsu y medio enganchado al kronol, una droga, que será lo que aceptará como pago por sus servicios. Deberán ir abriendo las puertas sucesivamente e ir avanzando por los diferentes vagones.A PARTIR DE AQUÍ, ¡SPOILER!
La película me ha gustado, y es bastante entretenida, pero deja muchas cosas en el aire. Llama la atención como están estructurados los vagones conforme van avanzando. Los hay que parecen un jardín, llenos de árboles, viejecita haciendo punto en una mecedora incluida. La cocina, uno de los primeros sitios a los que llegan, les harán descubrir como se fabrican las barras con que los alimentan.
Vagones discoteca, otros que son spa, e incluso barracones con guardias armados para impedir el posible avance de los habitantes de la cola. Lo que no se ve en ningún momento es donde duerme toda esa gente, o donde come, algo que no hubiera sido complicado de explicar, pero que quedó en el aire. Al final, consiguen llegar hasta el primer vagón, donde Wilford (Ed Harris) se aloja, como promotor y dueño del tren.
El final queda para los que decidan verla, pero como decía antes, quitando esos pequeños fallos, la película me ha gustado, tanto la idea como el desarrollo de los acontecimientos.
Como siempre, aquí está el trailer:
Por último, añadir que Netflix acaba de estrenar una serie basada en esta historia, también llamada «Snowpiercer», y que de momento no he tenido tiempo de ver, pero lo haré.