Ese miedo fue tan real que, filtrado al cine, copó gran parte del mercado del VHS y sus llamativas portadas. Aquello eran los ochenta. Al rebufo del éxito de Mad Max nacieron películas, la gran mayoría dignas portadoras de la denominación Serie B a ambos lados del Atlántico, no olvidemos la gran cantidad de películas italianas de este tipo, que a su vez parecían intentar continuar la senda del peplum.
Un de estas historias apocalípticas, rodadas en los USA y dirigida por Paul Donovan fue Defcon 4. Creo que en su momento, junto a El día después fue una de las que dejo, en mí una huella más profunda.
Defcon 4 nos pone en el lugar de la tripulación de una nave espacial que ve como en la superficie del planeta comienza una serie de bombardeos nucleares. Cuando debaten entre hacer descender la nave o permanecer en el espacio, esta comienza a tomar tierra. Al llegar se encuentran que el mundo que conocían ha desaparecido y en su lugar impera la ley del más fuerte.
Para ver esta película, creo que hay que hacer un esfuerzo. El de no dejarse llevar por las malas interpretaciones, los tópicos y las acciones faltas de toda lógica. Aun así, tiene algo. Quizás su ambientación, su total y absoluta falta de pretensiones, puede que su banda sonora -que no está mal-, el hacerse eco del miedo de una época o a lo mejor que, frente a otras, todavía es algo "contenida" en su planeamiento. Al menos sobre el papel, de manera que no hay mutantes, ni seres extraños, tan sólo humanos haciendo buena la frase de "El hombre es un lobo para el hombre". El mayor problema radica en que empieza con una premisa que casi no se mantiene (¿no era más lógico una lanzadera que una estación espacial?), y que luego solo naufraga a pasos agigantados según se suceden los hechos.