El pasado sábado 28 de enero regresamos al emblemático escenario del salón de actos del Castillo de Marcilla para presentar, ver y comentar con todo el público que se acercó la película irlandesa Brooklyn, en un cine fórum organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Marcilla en colaboración con la Biblioteca Pública de la localidad. El debate suscitó gran interés y participación y sacó a relucir la gran cantidad de asuntos que se tratan en un trabajo que logró 3 candidaturas al Óscar en 2016, incluida una mención a mejor película del año.
La cinta, de manera sencilla y directa, aborda temas complejos como la inmigración, la madurez, la toma de decisiones vitales que implican grandes renuncias, la mezquindad, la generosidad de los extraños, el seguir el propio camino o dejarse llevar por lo que los demás quieren o piensan de nosotros, la familia (la que nos viene impuesta y la que podemos formar nosotros), la elección entre dos países y entre dos amores, la nostalgia y, por último, el hogar. La palabra HOME, que utilizan tanto los angloparlantes. ¿Cuál es mi hogar? ¿Dónde está? ¿Qué es lo que entendemos por hogar?
Brooklyn hace todo esto a través de la peripecia de Eilis, una chica inteligente y de gran talento para la que no hay un futuro ni laboral, ni afectivo en Enniscorthy, el pueblecito irlandés del que es originaria, y, como tantos otros, emigra a Estados Unidos con la ayuda de su hermana con la esperanza de labrarse una vida, encontrándose un Nueva York cosmopolita, al principio de la década de 1950, al que habrá de habituarse.
La magia de un cine fórum se encuentra en la forma en que cada asistente se enriquece con visiones del filme que se analiza distintas a la suya propia y que nos ayudan a todos los participantes a adquirir un panorama de 360 grados acerca de las interesantes disquisiciones que nos presenta el largometraje en cuestión. Tras la proyección de Brooklyn, y confrontándola con la novela del mismo título del escritor irlandés Colm Toibin, quedó meridianamente claro que discurren en paralelo dos itinerarios, el del argumento de esta historia y el trayecto interior de una protagonista que ha de tomar las riendas de su propia vida y vivirla por ella misma, independientemente de la voluntad que los demás pudiesen tener, tomando decisiones dolorosas, pero necesarias.
John Cownley, en su cuarta incursión tras las cámaras, ha realizado una obra de una sensibilidad a flor de piel, extremadamente cuidada, desde la adaptación que el novelista metido a guionista Nick Hornby realizó del texto literario original hasta la elección de un reparto magnífico en el que destaca una mezcla de jóvenes y veteranos, con Domnhall Gleason y Emory Cohen entre los primeros y Julie Walters y Jim Broabdent entre los segundos, y una protagonista que no podría ser otra más que Saoirse Ronan.
La película, como hemos comentado con anterioridad, logró 3 candidaturas a los Óscars en 2016. A la de mejor película del año se unieron las dos claves para el éxito de esta obra: mejor guión adaptado y mejor actriz protagonista.
La sutileza con que Nick Hornby va plasmando todos y cada uno de los matices que presenta la novela, el retrato de los personajes y ese magnífico juego de espejos en el que cada secuencia tiene su reflejo en otro momento de la película, dibuja una estructura circular que cierra la trama de manera ejemplar con tres secuencias finales salidas directamente del genio del autor de Fiebre en las gradas o Alta fidelidad que redondean una narración exquisita.
La otra pata de esta banqueta es la niña prodigio del cine, Saoirse Ronan. Su interpretación fue merecedora de una nominación al Óscar, su segunda a sus 22 años, porque la primera la logró con tan solo 14 por su papel en Expiación. Sin ella, como decíamos, no se podría haber rodado este filme porque no existe actriz más adecuada para interpretar a Eilis que Saoirse (pronúnciese Siorsha) Ronan, nacida en Nueva York pero criada en Irlanda. Aportó su talento, su destreza con los acentos y esa mirada que expresa todo tipo de sentimientos para reflejar como nadie la nostalgia que siente una inmigrante que se encuentra lejos de su tierra natal en una época en la que un océano de distancia entre ella y su familia se convertía en un obstáculo prácticamente insalvable.
A este que escribe, el revisitar Brooklyn recibiendo los comentarios y sentimientos que provocó entre los espectadores del cine fórum, ayudó a poner en valor una fantástica cinta absolutamente recomendable.
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