Año: 2015País: Estados UnidosDirector: Pete Docter, Ronnie del Carmen
Riley es una chica que disfruta o padece toda clase de sentimientos. Aunque su vida ha estado marcada por la Alegría, también se ve afectada por otro tipo de emociones. Lo que Riley no entiende muy bien es por qué motivo tiene que existir la Tristeza en su vida. Una serie de acontecimientos hacen que Alegría y Tristeza se mezclen en una peligrosa aventura que dará un vuelco al mundo de Riley.
Porfin, después de eones me he decidido a ver esta película. Venía con una idea de una gran producción, que conseguiría llegarme al corazón, y así fue.
En esta historia nos encontramos con Riley, la recién nacida, y la acompañaremos en el funcionamiento de su cerebro, junto a los encargados de gestionarlo todo: Alegría, tristeza, miedo, furia y asco. A la vez que crece, veremos como su comportamiento irá cambiando según quién este a los mandos de su carácter, lo cual influirá en los actos, y ello en sus recuerdos. Recuerdos que se irán acumulando diariamente en un gran laberinto de estanterías enormes, excepto los recuerdos esenciales (recuerdos que definirán nuestra manera de ser), los cuales se guardarán en la cabina principal.
Pero... ¿Cómo funciona el cerebro? ¿qué normas deben seguir? ¿qué pasaría si alguna de nuestras emociones faltara? Todo esto y mucho más lo podremos descubrir durante los 94 minutos de duración que tiene, los cuales nos parecerán pocos, en los cuales conseguirán sacarnos tanto sonrisas como lágrimas.
Totalmente recomendada para los más mayores como para los más pequeños, increible y enternecedora.
Puntuación: