Lo que sí se puede afirmar es la importancia de la visión femenina al retratar las historias que vemos en cada una de estas cintas: una visión muy próxima e íntima cuyo aporte fomenta la identificación del espectador con cada personaje en la pantalla.
En la gala de celebración de los premios Óscar en febrero del año 2020, precisamente el momento en que celebridades y miembros de la industria recorrían la alfombra roja, Natalie Portman fue fotografiada vistiendo un hermoso conjunto Dior que llamó rápidamente la atención de la prensa. No solo por el glamour con el que lucía la actriz del “Cisne negro”, sino también porque aquella tela contenía un sutil pero poderoso mensaje oculto: Greta Gerwick, Lulu Wang, Lorene Scafaria y Marielle Heller fueron los nombres grabados en el saco que llevó Portman sobre su vestido a la gala en modo de protesta. Se trataba de algunas de las directoras que la Academia decidió ignorar en las nominaciones de aquella ceremonia.
Este acontecimiento causó que se viralizara la sorprendente realidad de que, desde su origen, en el año 1929, hace casi cien años, los premios Óscar solo han nominado a 5 mujeres en su categoría de mejor dirección. Además, según un estudio de The Guardian, solo el 14% de los nominados han sido mujeres, en categorías no condicionadas por el género.
En aquel momento se puso en evidencia la realidad que viven las mujeres en la industria. A muchas no se les coloca al mismo nivel que sus colegas por una cuestión de estigmas. Este es un problema que ciertamente no se va a solucionar con esa incorporación de deplorables filmes cuya única personalidad es ser un intento de discurso feminista -como lo fue la última adaptación de “Los Cazafantasmas” (2016) y la de “Los Ángeles de Charlie” (2019). Lo que podría traer un cambio genuino es otorgarles reconocimiento a aquellos nombres olvidados por las grandes industrias.
En relación al 2019 y años anteriores, me propuse ver más cine que tuviera detrás a realizadoras mujeres. Una vez más, es notable lo que muchas han logrado y, afortunadamente, aquello no ha sido ignorado por los festivales del mundo. Sin embargo, esperemos que los peces gordos de la crítica cinematográfica decidan reivindicarse respecto al último año y no haya la necesidad de honrar algún nombre a través de un vestido de gala.
5 PELÍCULAS DIRIGIDAS POR MUJERES EN EL 2020
“Nunca, casi nunca, a veces, siempre”, de Eliza Hittman, retrata la soledad que enfrenta una mujer cuando decide someterse a un aborto.
Encabezando la lista está la cinta peruana, “Mujer de Soldado” (2020), un documental dirigido por Patricia Wiesse que narra el recuento de la vida de Magda, una mujer originaria de Manta, Huancavelica, Perú. Uno de los tantos lugares víctimas de la violencia que se dio durante el conflicto armado interno. Esta cinta nos aproxima a lo que es la vida en dicha provincia de la sierra y, a través de la historia de Magda, denuncia los abusos sexuales que las mujeres de Manta sufrieron por parte de los soldados del ejército peruano. Además, las mujeres como Magda sufrieron discriminación por parte de su propia comunidad, ya que sus mismos integrantes las apodaron como “mujeres de soldados”.
Wiesse es una comunicadora social con una destacable carrera, trayectoria y experiencia en la comunicación en zonas rurales. Su trabajo en esta cinta goza de gran calidad y logra de una manera espléndida su cometido de conmover y llevar a la reflexión. Su película participó en el Festival de Cine de Lima y actualmente se encuentra disponible en la plataforma de streaming Cineaparte.
La realidad que pone en evidencia ese relato se presta para hacer un paralelismo con la actualidad, en la cual persiste una misoginia internalizada que perjudica a las mujeres. Aquella temática también es tratada en la cinta norteamericana “Nunca, casi nunca, a veces, siempre” (2020), en la cual una joven apática proveniente de familia conflictiva queda embarazada y con la compañía de su prima viaja a Nueva York para realizarse un aborto a tiempo. La trama trae a la mesa una polémica muy vigente actualmente en Latinoamérica, donde se inició un acalorado debate social recientemente con la legalización de la interrupción del embarazo en Argentina el pasado 30 de diciembre del 2020.
Con excelentes actuaciones y un gran guion, esta cinta es sutil pero efectiva en su intención. Retrata la soledad que enfrenta una mujer cuando decide someterse a un aborto, además de la situación de las mujeres que se encuentran en constantes abusos en sus relaciones amorosas, los cuales son minimizados por su entorno, y peor aún, por ellas mismas. El largometraje, dirigido por Eliza Hittman y con un equipo conformado por otras talentosas mujeres, fue aclamada por la Asociación de Críticos de Boston y el Círculo de Críticos de Nueva York, además de galardonada con el Premio Especial de Jurado en el Festival de Sundance.
En aquel festival también se presentaría “Como sobrevivir a un mundo material” (2020), una cinta de la aclamada directora, guionista, actriz y cantante, Miranda July, la cual cuenta con diversos premios, entre los más importantes, el premio Cámara de Oro, otorgado por el Festival de Cine de Cannes. El relato es quizás uno de los más extraños que he visto en mucho tiempo. La comedia ambientada en Los Ángeles va de una familia que ha criado a su hija durante 26 años para que su único propósito en la vida sea robar. Tras un atraco que no sale como esperado, la familia decide incluir a una persona más en su grupo, cuya presencia y tratos especiales que recibe por parte de los padres, despiertan extraños instintos en la protagonista.
En esta historia conocemos el personaje de Old Dolio, una mujer que jamás ha experimentado el afecto y cuyos padres tratan con apatía y basan su relación en una especie de esclavitud contemporánea. Bajo una premisa exótica y una estética visual original, Miranda July presenta una historia de la necesidad del ser humano de dar amor y ser correspondido con ese amor, especialmente el de un padre, por más reprimido que uno tenga aquel deseo.
Otra historia que presenta las relaciones parentales y las complicaciones que conllevan es la cinta argentina “Las siamesas” (2020), que cuenta el relato de una madre y su hija que emprenden un tormentoso viaje lejos de su hogar por una herencia, y si hay una película sostenida por sus actuaciones en esta lista, definitivamente el premio se lo lleva esta.
Presentada en el Festival de Mar de Plata y dirigida por Paula Hernandez -cuya última cinta “Los Sonámbulos” (2019) logró estar nominada a los Premios de la Academia como mejor filme de habla no inglesa-, “Las Siamesas” propone una narración pausada que va revelando gradualmente la verdad detrás de una caótica relación de dos mujeres tan distintas en forma de ser, cómo similares en deseos y aspiraciones. Siamesas, más no gemelas: una madre neurótica y ansiosa a niveles excelsos cuya presencia su hija apenas puede soportar será la fórmula para un pesado viaje y tensos diálogos cargados de melodrama. Un viaje cuyo destino es el reencuentro y reconciliación con uno mismo.
Y si hablamos de cintas roadtrip no se puede dejar de discutir “Nomadland” (2020), la nueva película protagonizada por la bestia actoral que es Frances McDorman y que ya ha logrado arrasar en los festivales de Venecia y Toronto como mejor filme del año. Retrata un encuadre de lo que son las minorías que viven como nómadas segregados por su condición de pobreza producto de la recesión económica en una norteamérica contemporánea. Una mujer que lo pierde todo, su familia, su dinero, hogar y, tras la crisis económica, se dedica a sobrevivir el día a día en gastos mínimos viviendo en una caravana que maneja a lo largo del oeste americano.
La directora estadounidense de origen chino, Chloé Zhao, ha logrado una mención por parte del Círculo de Críticos de Nueva York como la mejor dirección del año con esta cinta. Su propuesta establece una poética belleza visual que enfatiza la idea de hallar regocijo incluso en las situaciones más desamparadas, como a las que se enfrenta la comunidad peregrina donde se encuentra el personaje de McDorman. Además, ofrece una crítica social al rechazo del sistema hacia aquellos que no logran adaptarse a los vertiginosos cambios que trae consigo el capitalismo.
Hacer el recuento de estas maravillosas cintas hace que me sienta completa y gratamente representada por la mayoría de mujeres involucradas en el cine actual, en la pantalla y tras ella. Haciendo hincapié en este tema no digo que sería correcto forzar a Hollywood a hacer películas con temáticas femeninas o darles puestos laborales a mujeres por el simple hecho de ser mujeres (de haber un hombre que es más competente para el puesto).
Sin embargo, al discutir sobre cine y género es importante afirmar la relevancia que este tiene como indicio de lo que sucede en la realidad. No creo que sea necesario pretender cambiar a la sociedad primero cambiando sus manifestaciones culturales, pero creo que estamos de acuerdo con que a través de estas vemos reflejadas nuestras conductas sociales. Lo que sí se puede afirmar es la importancia de la visión femenina al retratar las historias que vemos en cada una de estas cintas: una visión muy próxima e íntima cuyo aporte fomenta la identificación del espectador con cada personaje en la pantalla. Aquella perspectiva es una que puede enriquecer a todo tipo de cine y eso es lo que los importantes miembros de la industria deben tomar en cuenta.
A propósito de cineastas mujeres: la película peruana precandidata a los premios Oscar 2021 “Canción sin nombre” (2019), de la directora Melina León, será añadida al catálogo de Netflix este viernes 15 de enero.