Somos testigos de una impresionante persecución que resume lo que vemos en toda la cinta, tensión, emoción, critica social, humor, accion, suspenso, y esporádicos movimientos de artes marciales, lo que culmina con un segundo sospechoso y de nuevo la viciada forma de trabajar de los detectives, las torturas, las confesiones forzadas, los extraños vicios del sospechoso y finalmente la falta de pruebas, los detectives parecen acercarse con la ayuda del sargento Dong-chul Shin (Jae-ho Song, bien) que los mantiene a raya, la hábil secretaria que no es reconocida, la doctora novia de Park que le suelta datos claves de esos que dicen por ahi y en especial del trabajo en equipo que se ven obligados a hacer si es que no quieren que el monstruo siga deleitándose con sus victimas. Lo mas impresionante es que Joon-ho lo hace de forma maestra, el mismo firma el guion donde la evolución de los personajes protagonistas es notable.
Desde el corrupto Park que ahora se ha convertido en un mejor detective, el dedicado Tae-yoon que va perdiendo la paciencia al verse impotente, y los jefes y ayudantes que han cambiado su modo de ser y en que son vistos por los demas, todo esto con el típico humor negro y mala leche del director, para muestra el pago irónico de esa pierna castigadora de Cho, la critica al gobierno que por andar en cosas menos importantes no da el apoyo necesario, la falta de empatia de una sociedad que ve como aparecen los asesinatos, los miedos de las mujeres pero solo de ellas, lo complicado de una investigación donde no hay buenos y malos sino todo es gris, y por ello todos tienen móviles, y hasta algo que ver en los asesinatos, al final cuando el tercer sospechoso es tomado, el cínico Hyeon-gyu Park (Park Hae-il, magnifico), los detectives ya no tienen mas salidas, han agotado todo y el tipo parece ser el indicado aunque él mas que nadie sabe que no hay nada que lo culpe, lo cual nos lleva a un final doloroso, cruel, donde Tae-yoon solo tiene una posibilidad en esa majestuosa escena del túnel y esa estampa final de la cara incrédula-desesperada-impotente de Park cuando le describen al asesino, "alguien normal, un tipo como cualquiera", la mejor manera de cerrar una obra fascinante.
Calificación: Excelente