A la mañana siguiente los dos toman posturas diferentes frente al ataque, Rana no quiere hablar de ello ni que acudan a la policía, quiere olvidarle, en tanto que Emad quiere justicia y retribución, el tipo acepta los deseos de su mujer pero esta lo aleja cada vez mas y no olvida el trauma, en tanto los vecinos y compañeros de trabajo hacen comentarios insidiosos sobre la justicia y la venganza que deberían de tomar o que incluso ellos tomarían si pudieran, la hombría de Emad queda en entredicho y el tipo se obliga a buscar al tipo que se aprovecho y golpeo a su mujer, usando la camionera olvidada, escuchando los mensajes que llegan de los clientes, descubriendo que sus amigos y compañeros tienen otra vida no tan honorable, y perdiendo la calma poco a poco, algo que queda patente mostrando su forma de ser como maestro, Emad es humillado (como su personaje en la obra) cada vez mas por su mujer, por sus vecinos, por sus amigos y con ello su patetismo es mas evidente, uno que podrá regresarse cuando descubra quien es el culpable aunque ello lo haga quedar en un dilema moral al igual que nosotros en un teatralizado final que funciona para mostrarnos la mezquindad y la debilidad humana.
Calificación: Interesante