Aun asi Kyuta nunca se aleja de su familia que son Kumatetsu, el flojo chango Tatara y paciente monje cerdo Hyakushubo, pero la familia de Lozen es otra cosa, el hijo menor admira a Kyuta a pesar de que de pequeño lo subvalorada, en cambio Ichirohiko nunca se ha llevado bien y le muestra a Kyuta su verdadera cara, es un humano, y como le sucede a el los sentimientos malignos dominan una parte de su corazón, lo que causa que en la impresionante pelea decisiva de Kumatetsu y Lozen las cosas terminen de la peor manera posible, y Kyuta tenga que ir al mundo humano a detener a un ente que parece imparable y que se alimenta mas y mas de los pensamientos pesimistas. Ni que decir que esta batalla también es extraordinaria y que culmina de forma impecable, humanista, reconciliadora donde se nos muestra que la madurez es perdonar y amar, a los demas y a si mismo.
La cinta toca tantos temas importantes que resulta imposible hacer eco en cada uno de ellos, pero nunca se sienten forzados o fuera de lugar, la cinta no es didáctica, enseña pero siempre dentro de la historia general, el de un pequeño que se ve obligado a tener una familia adoptiva y donde aprende la valía del compromiso, la honradez, la lealtad, el amor, la amistad y la verdad como la base de una persona de bien, donde se nos muestra que los adultos siguen siempre aprendiendo, mejorando, donde se nos muestra que no todo es lo que aparenta, los peligros que engendra la mentira, la envidia, el rencor, la valía del kendo y la educación en el crecimiento de un individuo, el valor de aprender a sacrificarte por los demas pero también de valorar tu vida, ¡ese intento de sacrificio de Kyuta cortado por un Kumatetsu que le da otra salida! y todo esto en una animación portentosa con
Calificación: Muy Bien