Esta clara la intención del novelista convertido en cineasta y guionista Giddens Ko, todos sus personajes en algún momento son victimas y en otros son victimarios, nadie se preocupa realmente por nadie y solo se apoya por cuestiones sociales, y la linea que separa a unos monstruos despiadados que matan para comer cada vez es mas difusa con los humanos que se supone son sus victimas, todo esto en una historia que engloba el bullying, la hipocresía social, el mal hacer de los educadores, la crueldad humana, y monstruos que derraman litros y litros de sangre, todo esto en un guión inteligente, humor macuarra, violencia explicita, buenas actuaciones al mas puro estilo asiático, buen maquillaje y efectivos efectos visuales, y por supuesto ese final que funciona tan bien que termine genuinamente emocionado a pesar de que acabo de ver lo bajo que puede ser el ser humano, y esa fotografía da en el punto exacto para darle mas fuerza a ese momento culminante, todos somos monstruos.
Calificación: Bien