Por improbable que parezca hoy, El graduado escandalizó a muchos espectadores por su atrevimiento cuando se estrenó en 1967, un año en la que la aireada revolución sexual luchaba aun por imponerse. Nunca una película de Hollywood de primera fila había arrojado una mirada tan sincera sobre el sexo en los barrios residencial e, o tomado como protagonista a un trio romántico tan improbable, un graduado conn demasiado tiempo libre, un ama de casa alcohólica que esta decidida a tirarselo y su hija, la típica chica buena ignorante de que su principal rival sexual es su depredadora madre. Si alguna película acabó de liquidar el "mamaísmo" decimonono fue esta.
El equipo creativo de El graduado era tan fresco como su tema y estilo. Mike Nichols había impresionado con su anterior y única película, la adaptación a la pantalla de la obra de Edward Albee ¿Quien teme a Virginia Wolf? (1966). El graduado le ofreció una oportunidad todavía mejor de plasmar detalles sardónicos visuales y diálogos ingeniosos y punzantes, que había afilado con Elaine May en la innovadora comedia que les había convertido en sinónimos de sofisticación urbana.
Reseñar a modo de apunte dos secundarios no mencionados anteriormente Norman Fell como el casero con miedo paranoico a lo que los conservadores de los años setenta llamaban agitadores extranjeros tambien Richard Dreyfuss como huésped de la pensión y Buck Berry como empleado de hotel.