“LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ”. MARTA MEDINA.
Es mi película favorita. La podría ver una y mil veces, sin cansarme. Porque cada vez se puede descubrir algo nuevo. Un matiz en un diálogo que antes se te había pasado inadvertido, un gesto de los actores, una mirada, un detalle en el vestuario...es una película tan completa y fascinante!!!.
Con vuestro permiso, yo voy a hablaros de su protagonista, de la gran Scarlett O´Hara.
Pero para eso, antes debo empezar haciendo una pequeña reflexión: ¿qué os dice el título?. “Lo que el viento se llevó”. ¿No os resulta evocador?. ¿Qué fue lo que se llevó el viento exactamente?.
Yo tengo mi propia respuesta sobre eso: el viento se llevó a una Scarlett O´Hara adolescente, malcriada y caprichosa y dejó a una Scarlett convertida en mujer, con el mismo carácter fuerte de antes, sí, pero no tan indomable. No tan caprichosa. Quizás con más conciencia de que todo lo que hacemos acaba teniendo sus consecuencias.
Una de las cosas que más me gusta de esta película es que hay muchas mujeres protagonistas, más allá de la principal, de la bella O´Hara. Para empezar, encontramos a Melania, el contrapunto absoluto a Scarlett. Una mujer buena hasta el extremo que pone en evidencia en más de una ocasión a la coqueta sureña.
Pero volvamos a ella. He de contaros que el personaje de Scarlett me apasiona. Es presumida, vanidosa, manipuladora, egoísta, altiva, arrebatadora hasta el extremo, con carácter, con coraje, fuerte, decidida...Un potente cocktail de matices que vamos descubriendo a lo largo de la película. ¡Nunca antes había visto que un personaje evolucionara y diera tanto!. Pasa de ser una rica adolescente centrada en sí misma a una mujer que deja de pensar sólo en ella para sacar adelante a los suyos. Aunque eso suponga casarse con el prometido de su propia hermana. Casi nada!.
Pero si hay algo de lo que nunca aprende la indomable Scarlett es de su obsesión por Ashley Wilkes. Obsesión que la lleva poco a poco a la ruina, a la ruina sentimental, hasta quedarse sola.
Ella cree que su felicidad pasa por tenerlo, se equivoca. Ni siquiera Rhett Butler es capaz de quitárselo de la cabeza.
En algunos momentos Scarlett puede resultar odiosa. El espectador puede llegar a sentir el mismo recelo y rechazo hacia ella que sienten algunos personajes de la película. He de decir que a mi no me ha pasado. Ya sabéis, Escarlata me apasiona. Con sus defectos, con sus contradicciones. No me gustan ni la vanidad, ni el egoísmo, ni la altivez...pero en ella estos defectos tienen sentido, porque los va puliendo, se van transformando. Porque la vida le va poniendo en su sitio, le va dando lecciones.
Para acabar este post quisiera hacer referencia al momento final de la película, cuando Rhett Butler le dice a Scarlett que se va, que la abandona. Ella le implora y le pregunta “Si tu te marchas, ¿qué va a ser de mi?” . Entonces Rhett le contesta “Francamente querida, me importa un bledo”. (frase que, por cierto, pasó a la historia del mundo del cine). Llegados a ese punto, Scarlett se queda sola, está desesperada, después de todo se ha dado cuenta de que lo ama a él y no a Ashley. Esta conclusión la sume en un breve estado de locura. Pero, una vez más, saca su fuerza y supera esa situación. ¿Cómo lo hace?. Pues pensando en Tara. “Tara … es mi hogar. Iré a mi casa y le daré algo para hacerle volver. Después de todo, mañana será otro día”. (Esta es otra de las escenas míticas de la película).
¿No os parece fascinante?. A mi si!! porque todos tenemos una “Tara” a la que volver, una tierra, un refugio, un referente. Algo que nos hace poner los pies en el suelo, volver para coger fuerza. Algo que nos recuerda quienes somos.
Y ahora, a ver todos la película!!! Besooooos!!!.