Sid Grauman (1879-1950) fue un hábil empresario a quien se le debe la creación del show-business en Hollywood. Criado en San Francisco, Grauman procedía de una familia de artistas y propietarios de locales de entretenimiento. En 1917, decidió dar el salto a Los Angeles con la idea de impulsar la construcción de grandes salas de cine en las que pudieran brillar las incipientes producciones que empezaban a salir de los estudios recientemente ubicados en la ciudad. Tras la inauguración del Million Dollar Theatre, en el downtown angelino, Grauman puso sus ojos en el floreciente distrito de Hollywood, el mítico lugar en que la producción cinematográfica estaba surgiendo con fuerza. Así fue como se hizo con unos terrenos en el primigenio Hollywood Boulevard y decidió edificar una gran sala que estuviera caracterizada por el exotismo tanto dentro como fuera de sus muros. Se dice que la elección estética egipcia se debió a la fascinación que existía, en esos momentos, por las múltiples excavaciones arqueológicas que se estaban desarrollando alrededor del río Nilo. Asociado con el promotor inmobiliario, Charles E. Toberman, y con el diseño arquitectónico de Gabriel Meyer y Phillip Holler, la construcción del Egyptian se inició en 1921 y se alargó durante dieciocho meses, con un costo final de 800.000 dólares de la época. Su inauguración abrió la luz de los focos en Hollywood para eventos promocionales. Con la premiere de la película Robin Hood (18 de octubre de 1922), dirigida por Alan Dwan y protagonizada por Douglas Fairbanks, se puso la semilla que creó el glamour hollywoodiense. Y qué mejor para contribuir a ello que un teatro que, con su exótica ambientación, contribuía a convertir el escenario en algo mágico, capaz de emular el poder del silver screen.
Sid Grauman (1879-1950) fue un hábil empresario a quien se le debe la creación del show-business en Hollywood. Criado en San Francisco, Grauman procedía de una familia de artistas y propietarios de locales de entretenimiento. En 1917, decidió dar el salto a Los Angeles con la idea de impulsar la construcción de grandes salas de cine en las que pudieran brillar las incipientes producciones que empezaban a salir de los estudios recientemente ubicados en la ciudad. Tras la inauguración del Million Dollar Theatre, en el downtown angelino, Grauman puso sus ojos en el floreciente distrito de Hollywood, el mítico lugar en que la producción cinematográfica estaba surgiendo con fuerza. Así fue como se hizo con unos terrenos en el primigenio Hollywood Boulevard y decidió edificar una gran sala que estuviera caracterizada por el exotismo tanto dentro como fuera de sus muros. Se dice que la elección estética egipcia se debió a la fascinación que existía, en esos momentos, por las múltiples excavaciones arqueológicas que se estaban desarrollando alrededor del río Nilo. Asociado con el promotor inmobiliario, Charles E. Toberman, y con el diseño arquitectónico de Gabriel Meyer y Phillip Holler, la construcción del Egyptian se inició en 1921 y se alargó durante dieciocho meses, con un costo final de 800.000 dólares de la época. Su inauguración abrió la luz de los focos en Hollywood para eventos promocionales. Con la premiere de la película Robin Hood (18 de octubre de 1922), dirigida por Alan Dwan y protagonizada por Douglas Fairbanks, se puso la semilla que creó el glamour hollywoodiense. Y qué mejor para contribuir a ello que un teatro que, con su exótica ambientación, contribuía a convertir el escenario en algo mágico, capaz de emular el poder del silver screen.