Desde este
Las tribulaciones de un chino en China (Les tribulations d'un Chinois en Chine), de Philippe de Broca (1965)
Basada en la novela homónima de Julio Verne, publicada serialmente en 1879, esta comedia de aventuras es un viaje acelerado por un país remoto, a cargo de un millonario aburrido (Jean-Paul Belmondo) que quiere acabar con su vida. Nada le resulta, así que deja su destino fatal en manos de un tercero. Pero conoce a Alexandrine (Ursula Andress) y ya no quiere morir. ¿No es ya tarde para arrepentirse? Favorito del joven Spielberg de los 60, De Broca corona en esta cinta las artes de la coreografía y el montaje para así no dar respiro al espectador.
La Fuga Fantástica (La grande vadrouille), de Gérard Oury (1966)
Junto a La vida en el castillo, del mismo año, La fuga fantástica rompió con una especie de tabú de dos décadas relativo a mirar la ocupación nazi desde la comedia. Y se convirtió en el mayor éxito de taquilla en la historia del cine francés. Corre 1942 y un avión inglés es abatido en los cielos de París. Los tres ocupantes alcanzan a lanzarse en paracaídas y llegan a distintos lugares de la capital, siendo ayudados por dos civiles (Louis de Funès, Bourvil), que insospechadamente se convierten en miembros de la Resistencia.