Cinque Terre: de sus coloridas casas hasta las playas más escondidas

Por Karin Viajera @viajeseurope

25.09.2015 11:21

Algo que más que una porción de tierra con vistas al mar, constituida por los pueblos de Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore, en plena liguria italiana en la provincia de La Spezia.

Este lugar mágico de Italia que va desde Punta Mesco hasta Punta di Montenero, tiene unas características geográficas típicas sólo propias de la Riviera Liguria. Paisaje montañoso con terrazas que caen hasta el mar con una pendiente de vértigo, es un lugar sin duda cada vez más de moda para los turistas que deciden hacer sus viajes por Europa en Italia.

Y algo tendrá este lugar puesto que no sólo fue constituido como Parque Nacional en Italia, sino que además estos cinco pueblecitos italianos son, junto a otros pocos lugares del área, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1997. Pueblos de pescadores, con casitas de colores que permitían a los mismos ver desde lejos sus casas.

Pero vamos a ver qué hay en estos cinco pueblecitos de Cinque Terre, hasta que nos entren ganas de viajar allí. Estamos en Monterosso, una vieja ciudadela a las orillas del mar de Liguria. Sin duda al ser el punto de inicio es el que tiene un mayor número de servicios.

Restaurantes, tiendas y hoteles pueblan este pequeño lugar que a la vez, y paradójicamente, es el más modesto de los cinco que hay. Ubicado en el extremo norte de la ruta de Cinque Terre, este pueblo es pequeñito y se puede recorrer andando.

Con medio día tendremos suficiente para visitarlo. Aquí podemos ver diversos atractivos turísticos como la Torre Aurora, una torre del siglo XVI que divide Monterroso en dos partes. Vistas preciosas desde este lugar que se construyó en inicio para prevenir los ataques bárbaros.

Aquí encontraremos además la casa del Premio Nobel de Literatura en 1975. Hablamos de Eugenio Montale, y aunque no se puede visitar por dentro es una casa muy arreglada y decente para ver al menos desde el exterior.

La iglesia de San Juan Bautista, con sus capillas del siglo XIV en muy buen estado de conservación, también son muy dignas de visitar. Y por último antes de ir a descansar un rato a la playa en sus cristalinas aguas, vayamos a la estatua de "Il Gigante" (el gigante), sin duda el símbolo más emblemático de este lugar. Este gigante es una obra escultórica que representa a Neptuno, dios de los mares y que fue construida y eregida en 1910 por Levacher y Minerbi.

Nos vamos al segundo de estas cinco maravillas de pueblos que conforman la ruta de Cinque Terre.

Estamos en Vernazza, un lugar al que se puede acceder desde Monterosso en un tiempo de apena cinco minutos en tren. Aquí podrás visitar su plaza principal, con la pequeña playa de este pueblo bordeándola y la iglesia de Santa Margarita.

Con casitas de colores y llena de bares y cafés es esta plaza un lugar típicamente italiano, con toda la magia que ello comporta.

En efecto su iglesia, construida en 1318, Santa Margarita de Antioquía, tiene un sentido puro de la liguria y con su estilo gótico y a orillas del mar, tiene un campanario octagonal y una puerta que se encuentra, curiosamente, justo donde está el altar, tan sólo separada por una baranda y escalinatas.

Pero además de visitar el Torreón y el Santuario de Ntra. Señora de Reggio, también podemos visitar el bastión de los Doria y el Belforte. Un castillo que servirá como protección contra los ataques bárbaros, que eran frecuentes por aquella época. Desde su torre podrás ver todo el pueblo viviendo así una experiencia muy agradable, en especial si la ves cuando sale el sol o cuando está atardeciendo.

El tercer pueblecito de las Cinque Terre yendo de norte a sur es Corniglia.

Corniglia está en la cima del monte y no tiene acceso al mar. Olivares y viñedos constituyen los alrededores de esta preciosa localidad, a la que se llega preferiblemente en bus en tan sólo diez minutos desde el pueblo anterior.

El más pequeñito de estas cinco joyas de Italia, aquí la maravilla que nos encontramos es la suave conversación que nos da el silencio de las calles de este tranquilo pueblo. Un pueblo de costumbres y donde no hay demasiado que ver pero que, sin embargo nos invita a sentir la tradicional vida italiana.

Es en este punto de la Liguria, cuando ya hemos visitado todo lo anterior es tiempo de dirigirnos a Manarola, adonde podemos llegar en tren desde el pueblo anterior. Aquí descubrimos un mosaico sin fin de preciosas calles.
Calles coloridas y angostas que las hacen incluso algo esforzadas para caminar. Aquí en la Vía del Medio ("Via di Mezzo"), salen y florecen como setas todo tipo de negocios artesanales, en donde encontrarás objetos típicos de este pequeño lugar.

Prueba su especialidad, la "Focaccia", un pan esponjoso y rico elaborado a base de aceite de oliva. Un pan típicamente italiano como se puede ver. Además aquí, en su piscina de piedras natural podrás darte un pequeño baño antes de partir al último pueblo, Riomaggiore.

Riomaggiore es por nostalgia el último pueblo y del que más pena da irse de todos. Tal vez sea ésta la guinda del pastel de todos los pueblos que hemos visitado hasta ahora, ya que sin duda es el más pintoresco de todos.

Un pueblo tradicionalmente de pescadores, como hemos comentado al inicio, con un castillo, el "Castellazzo di Cerricó" en lo alto dominando el pueblo. A su vez, en la Iglesia de San Juan Bautista, del año 1340, veremos cómo niños y madres disfrutan del benigno clima de aquí, incluso hablando en el dialecto local.

Puramente italiano, este lugar en donde disfrutarás al andar por sus angostas y estrechas calles, te hará conocer el alma de este lugar.

Además la sorpresa de este pueblo es la belleza de una playa escondida y empedrada, pero de gran belleza. Está aquí, en el sur de este pueblo y es un lugar para ver un magnífico atardecer o sencillamente respirar la sal marina que porta el aire de este lugar.

El broche final para visitar Cinque Terre sin duda. Aquí en estos pueblitos, como hemos dicho, domina como comida el pescado, además de la más colorida dieta mediterránea.

Aceite de oliva, queso y pan componen, además de sus pastas típicas, la gastronomía de este magnífico enclave en el que, por supuesto, también podrás degustar vino elaborado aquí, en este mismo lugar.

Así es como hemos visto este lugar cercano a Génova y no demasiado lejos de Pisa, en Italia. Un lugar donde disfrutarán de la vida italiana a la orilla del mar.