(Publicado en “Papeles de análisis y expresión”, N° 2. Lima, Mayo de 1997. Boletín informativo de los alumnos de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.N.M.S.M.) "Tal vez estoy siendo escuchado por 50 mil retrasados mentales y no puedo ser cómplice de esta situación histérica en la que no sucede nada"Fito Paéz
Lo anotado por el mejor cantante argentino de este momento fue a propósito de sus presentaciones en estadios llenos; algo que contrasta un tanto con su preferencia, normalmente, de actuar en lugares más pequeños. Entendible, pues usualmente nos dejamos llevar por la moda de la multitud, por lo banal, más no la esencia de las cosas; nos olvidamos de lo que dijo Einstein: “Detrás de las cosas tiene que haber algo profundamente oculto”.
Uno se pone a meditar y se pregunta: ¿un futuro economista debe ser comparsa del Circo Beat (“el circo más sexy, más real, más tonto del mundo”) o afirmar “mi pasado es real y el futuro libertad … cuando yo era pibe era del Circo Beat … no pasaba nada en el Circo Beat”.
Con motivo de esta publicación pensamos en dos importantes economistas Alfred Marshall y John Maynard Keynes, ninguno de ellos fue indiferente en su tiempo. Keynes iba a Cambridge a estudiar matemáticas, lo hacía bien, pero se estaba “cuadriculando”, “Estoy agobiando mi cerebro, destruyendo mi intelecto, torciendo mis inclinaciones”, diría en cierta ocasión.
Keynes empieza sus estudios de Economía con un libro de Marshall (Principios de Economía), pero no se quedó allí, buscó crear otra teoría, la hoy famosa teoría keynesiana (la que llevamos en Macroeconomía) (los que estén interesados en leer amenas biografías de economistas, vayan a la biblioteca de la facultad y saquen el libro: BUCHHOLZ, Todd (1993) Nuevas Ideas de Economistas de Ayer. Buenos Aires: Ateneo.)
La idea es no aceptar todo con un “Amén”, sino razonar, pensar, no quedarse en lo convencional, crear. Es de brutos y bárbaros ilustrados pensar que se sabe todo cuando simplemente se ha percibido una parte de lo ilimitado del conocimiento. Creer que por aprender una teoría económica se sabe todo, no es nada científico, una actitud así sólo lleva al estancamiento de la persona y la sociedad. ¿Se imaginan a Galileo, Newton o Einstein, se hubiesen conformado con todo lo que leían o les decían? Tal vez seguiríamos con la idea de que el sol gira alrededor de la tierra. Tal vez hoy tengamos la idea de que nuestra facultad, en la ciencia que estudiamos, en nuestro país las cosas son del color de las rodas; si es así preocupémonos por darle buen fundamento a esas opiniones; si no es así busquemos la manera de mejorar la situación.