Caricatura Progreso Semanal
Dos de los candidatos Republicanos que se disputan en la primera línea la postulación presidencial de su partido, Mitt Romney y Newt Gingrich desesperados por conquistar los votos y el dinero de la extrema derecha cubana de Miami, los han llevado al colmo del ridículo público y a las más descabelladas declaraciones que se convierten en promesas serias de campaña, ha dicho en su habitual comentario El Duende, en Radio-Miami.Romney ha dicho que festejaría la noticia de la muerte de Fidel Castro cuando Dios lo llame a su seno. Gingrich, subiéndole la parada, le ripostó diciendo que él también celebraría la muerte de Fidel, pero que el líder cubano no iría con Dios, sino con el Diablo en el Infierno. Los dos han prometido solemnemente en el debate presidencial Republicano a los electores del Estado de la Florida, que de llegar a la Casa Blanca dictarán la liquidación del gobierno cubano por cualquier medio posible, lo que no excluiría la ayuda de la CIA a terroristas como Posada Carriles con nuevas bombas en los hoteles y calles de Cuba, o una nueva acción militar como la de la fracasada operación de Playa Girón en 1961.
Una nueva guerra norteamericana y una nueva estupidez.
Eso es lo que ofrecen los Republicanos. Derrocar al gobierno cubano por la fuerza, algo que le ganaría a Estados Unidos el repudio internacional y el rechazo pleno de todos los gobiernos de América Latina, aun de aquellos que Washington considera como amigos.
Vale decir que a Romney lo apoyan la Congresista cubano-americana Ileana Ross y los hermanos batistianos Mario y Lincoln Díaz-Balart, mientras que a Gingrich lo respalda el impresentable representante federal también Republicano de Miami, David Rivera.