'Circumstance', EE.UU. 2011

Publicado el 01 febrero 2012 por Cineinvisible @cineinvisib

El cine siempre ha exigido sacrificios a todos los que lo integran pero en ciertos lugares del mundo estos esfuerzos se convierten en verdaderas renuncias. La primera advertencia de la valiente directora de esta película, Maryam Keshavarz, se anunciaba antes de iniciar el rodaje. Todos lo que participan en esta coproducción, integrantes en su mayoría de la inmensa diáspora de origen iraní, sabían que al integrarse en el elenco nunca podrían volver a Irán, bajo pena de arresto, latigazos u otras condenas o, incluso, la cárcel.

Rodeados de estas circunstancias tan especiales, la película que mejor representa la realidad actual iraní, evidentemente, no podía rodarse en el país. Destino alternativo: la moderna Beirut que posibilitaba que las actrices no tuviesen que filmar las secuencias con velo. Todo el equipo se traslada a la ciudad con una maleta llena de autorizaciones. A la primera impresión, una ciudad dinámica y alejada de la constante vigilancia iraní, se une la primera sorpresa: el equipo tiene la autorización de rodar, sí, pero no el guión que estaba previsto. A partir de ese momento, todos deciden adoptar la máxima iraní 'mantener una constante apariencia y estar preparados 'en caso de''. Y el caso, en concreto, llegó en el peor momento de rodaje, como era de esperar.

Pequeña anécdota para esta circunstancia tan delicada, a añadir a esta primera película. Los interiores de la casa familiar se rodaron cerca de la residencia de un diplomático. En pleno rodaje de unas de las escenas, se oyen gemidos y susurros (no es lo que cualquiera se puede imaginar, hay que ver la película para comprender lo ridículo de la situación) y en menos de diez minutos, apareció todo un enjambre de policía a las puertas de la casa. Lo que confirmó su sospecha de estar bajo escucha desde el primer minuto de la película.

Sarah Kazemy, una de las protagonistas, es aun más magnética en persona que en la película. Estudiante de derecho, el cine estaba totalmente alejado de sus proyectos personales, pero, por pura casualidad, se presenta a las pruebas y la directora sabe de inmediato que acaba de descubrir un pilar fundamental de su película. El espectador tiene la misma sensación y estoy seguro de que no será la última vez que la veamos en la gran pantalla.

Dos amigas intentan vivir su juventud entre la reprimida juventud de Teherán. En primer lugar la película tiene un inmenso valor documental sobre la realidad del país, dividido entre un gobierno que recrimina cualquier expresión de los tiempos modernos (la música pop y, no digamos, mucho del cine actual están totalmente prohibidos) y una juventud que no se somete a un sinfín de censura. Solución: buscarse la vida cada minuto de cada día. Organizar fiestas en los sótanos privados, cambiarse en los baños los tupidos velos por profundos escotes, doblar ellos mismos las películas al farsi… en un país en que el mercado negro de pelis y discos es tan floreciente como el del petróleo.

Por otra parte el análisis político del film es más devastador de lo que asemeja a primera vista. El hermano de una de las protagonistas, Reza Sixo Safai, integra la casa familiar tras pasar por una clínica de desintoxicación (un tema que ya aborda brillantemente otra película iraní, Mainline) y conoce a la amiga de su hermana, Sarah Kazemy. Tras un pasado agitado, súbitamente comienza a recriminar las andanzas de las dos jóvenes, a su gusto impera demasiada libertad en el interior de su familia y, frente a un padre comprensivo ante su hija, Soheil Parsa (conocido director de teatro en Toronto), aumenta la presión para que cesen tales aventuras, hasta un extremo inimaginable. El enemigo en casa es lo más difícil y delicado de combatir.

Pero lo que más ha dado que hablar de la película ha sido las relaciones entre las dos protagonistas. Dos jóvenes en busca de su identidad, obligadas a fingir y perseguidas en el interior y en el exterior de su marco familiar. Su amistad se transforma en otro sentimiento quizás, sencilla y llanamente, porque la única posibilidad de explorar su sexualidad es entre ellas. Una Circunstancia que influye en la integridad de su vida y que, en otro contexto o bajo otras circunstancias, puede que hubiese sucedido de otra manera.

Una película que gracias a una inteligente mezcla de documental, política e historia personal ha cautivado a los espectadores y a los jurados de los festivales de Sundance (Premio del Público), Roma o Valladolid (Especial del Jurado) y que un año después aun esperamos su estreno. ¿Cuándo cambiarán las circunstancias en este caso?