Cirugía de invierno.

Publicado el 21 diciembre 2017 por José Antonio Ribes Pérez @Josan_Ribes

Ilustración Marina Terauds.-Ida Vitale-

Lo dicho queda, cala,
corroe la leve pulpa que otro construye a solas,
como en la fronda que el otoño ataca.

Porque el otoño seca las hojas
de manera bellísima:
deja en el aire las puras nervaduras,
ésas casi invisibles
en las que reparábamos apenas
y evapora esa verde sustancia que era,
para nosotros, hoja.

Así de pronto terminan los verdores.
Hay que arrastrar cadáveres amados
y consentir el lujo
de la infinita dilación indecisa
y el filo que mutila la voz, la tolerancia.