"La novela está teniendo una acogida muy dulce"
Cristina Campos publicaba hace unas semanas "Pan de limón con semillas de amapola" (Editorial Planeta", una novela que es fácil de seguir y muy adictiva ya que no paran de aparecer nuevos detalles que mantienen al lector con las manos llenas y el corazón agitado. | Por P.M. Bassols.
Cristina Campos es capaz de llevarte al lugar en que transcurre la historia con una facilidad asombrosa. A medida que lees, sientes que conoces Mallorca como si tú mismo hubieses vivido allí largo tiempo. Y no sólo la isla, sino cualquier otro lugar en el que ponga Marina, una de las protagonistas, sus inquietos pies. Acompañarla es sencillamente algo natural que cualquier lector apreciará sin duda.
Marina, cooperante de una ONG, médico, mujer fiel a sus convicciones, sencilla y algo parca en su forma de expresar sentimientos, únicamente necesita a su pareja y un lugar en el mundo en el que ayudar a los enfermos. Por el contrario, su hermana Anna, quien sigue en la isla mallorquina, tiene una hija, un esposo, una mansión con el limonero de la abuela en el jardín, una vida acomodada y ha vivido fielmente las enseñanzas de su madre. A pesar de todo lo que tiene, no ha alcanzado la verdadera felicidad. Su carácter es totalmente opuesto al de Marina, así como lo son sus vidas, las cuales han disfrutado alejadas una de la otra hasta que, sin esperarlo, una extraña herencia las une de nuevo.
Deberás sumergirte en esta historia para descubrir, junto a ellas, su pasado y su presente, sus avances y retrocesos, el pueblo mallorquín en el que vuelven a unir sus vidas y, por supuesto, el misterio de la herencia. No tiene pérdida. Además, en cada capítulo, descubrirás una nueva receta panadera, incluida la del aparentemente delicioso pan de limón con semillas de amapola.
Tras dedicar tanto tiempo de tu vida al sector audiovisual, ¿qué te impulsó a iniciar tus andanzas en terreno literario?Intenté primero con la escritura de guión. Recibí un premio del ICAA (Instituto de las Ciencias y las Artes Audiovisuales de España) que me permitió escribir durante un año. Luego otro guión fue premiado por Ibermedia…y luego vino otro. Y todos siguen en el cajón de casa… y después de cinco años de intentarlo, abandoné la escritura de guiones. Me pasé un año sin escribir nada hasta que me decidí a escribir un novela. Sola. Sola porque los guiones los escribí siempre de la mano de productoras o directores… a veces hay que confiar en uno mismo…y salió.
“Pan de limón con semillas de amapola” es una obra adictiva, interesante y muy realista. ¿Es tal y como la imaginabas desde un inicio?Si. Escribí un tratamiento inicial como se escriben los guiones. Con principio, fin, giros y las acciones que iban a suceder. Sabía en todo momento a donde iba.
Como autora y como lectora, ¿qué es lo que más te gusta de tu primera novela? La acogida tan bonita y dulce que está teniendo.
Debo decir que la maquetación me ha encantado. Tiene detalles muy adecuados, como cuando los personajes intercambian mails, por ejemplo. Ese tipo de cosillas, ¿son por decisión tuya o vienen de mano de la editorial? Mía. Estuvieron desde el principio por la relación de una de las protagonistas Marina, cooperante de una ONG que viaja por el mundo…y la relación con su pareja que tiene lejos a menudo.
Y, por último, ¿te gustaría decirle algo al lector que tiene, o tendrá, un ejemplar de tu obra entre sus manos?Espero que disfruten tanto la lectura como yo he disfrutado con la escritura. Que incluso a mi me cuesta dejar el móvil en silencio y no mirar el Facebook, pero que le den una oportunidad. Lo bueno de las novelas, es que te puedes ir a una librería y leer la primera página… Sólo eso, que lean la primera página…y ahí ya, que decidan.