El paraíso es una colcha azul fina de una cama que lo acoge como un pétalo que cae en las olas. Y ella se siente llevar, suave y poco asustada, pero feliz de estar allí, de haber aceptado ese viaje que están a punto de emprender juntos. Sin partir. Sin maletas. Sin mapas ni planos. Porque en el amor los caminos y el paisaje se descubren cada vez. Porque nadie te los enseña. O quizás sí. Y su respiración te guia. Te dice donde girar. Donde aminorar. Donde detenerse... y partir de nuevo sin miedo.Federico Moccia (Perdona si te llamo amor)