Citius, Altius, Fortius

Por Jonatangomez @jonatangomez
Citius, Altius, Fortius. Esta famosa frase fue pronunciada por el barón Pierre de Coubertin en la inauguración de los primeros Juegos de la Edad Moderna, en 1896.Todo deportista olímpico que llega a lo alto de un podium para recibir su medalla, lleva detrás un inmenso esfuerzo de trabajo y dedicación, un entrenamiento y una experiencia adquiridas durante años y años de preparación. Sus objetivos son claros, tanto individuales como colectivos: llegar mas lejos, llegar mas alto y ser mas fuerte; no sólo pretende conseguir su medalla, sino otorgar prestigio para su país.Son estas las razones en las que pensaba Pierre de Coubertin cuando inició su movimiento olímpico; pretendía inculcar el desarrollo personal, el impulso de las cualidades personales, y la expansión de valores como el esfuerzo para alcanzar nuevos retos personales y profesionales.

Cuando un profesional del sector turístico comienza su devenir en la industria tras terminar su época de formación en universidades u otras instituciones académicas se encuentra ante el reto de querer llegar más lejos, más alto y ser mas profesional o estancarse como un profesional más; tiene la opción de convertirse en un profesional que al igual que los mejores deportistas, tengan más posibilidades de conseguir sus metas:CITIUSAl igual que un gran atleta olímpico, todo buen profesional turístico quiere "llegar mas lejos", comprender mejor el sector por grande que sea; un buen profesional turístico quiere desarrollar su conocimiento y capacidad profesional. Si se quiere conseguir este desarrollo se debe comenzar a través de la acción: acumular una amplia experiencia al igual que un gran atleta. Esta acción implica entrenar en tu sector: conociendo culturas y formas de turismo, empresas turísticas, conocer las tendencias, dominar el know-how, comprender las realidades del negocio turístico, implementar un benchmarking personal, crear una red de contactos profesionales; implica tener interés y querer participar más allá de sus competencias: conocer lo que ocurre en diferentes ámbitos turísticos, no necesariamente aumentando el tiempo que dedicamos a conocer nuestro sector, sino cómo lo estamos aprovechando. Al igual que un gran atleta que practica continuamente, un buen profesional del turismo convierte toda esta acción de "llegar mas lejos" en una experiencia acumulada. Esta experiencia adquirida distinguirá al buen profesional turístico ya que podrá aportar un valor añadido sin mayores metas que la satisfacción profesional de ampliar su conocimiento.Al igual que un atleta, el profesional turístico también dispone de un tiempo limitado para conseguir resultados. Por ello, este profesional deberá ser constante: amplificar los sentidos para descubrir clientes u oportunidades de negocio, desarrollar su inteligencia de mercado para comprender lo que nos rodea, conocer qué situación le condiciona en cada momento, en definitiva acumular experiencia mas allá de lo que aportan los títulos, un cargo o el simple conformismo; sólo así nuestro "profesional del turismo" tendrá las primeras opciones de colgarse una medalla. Querer llegar más lejos, "Citius", es la primera característica que distingue a los buenos profesionales del turismo.

ALTIUS
Un buen profesional del turismo también quiere llegar más alto. Al igual que un atleta con la vista puesta en esa barra de altura que le separa de su objetivo, el buen profesional debería superar con creces las particularidades implícitas del turismo para desarrollarse en este sector, y que se representan a través de la actitud frente a horarios indefinidos, calidad de servicio y atención al cliente, empatía, predisposición, resolución, actitud, etc. Lo que permite a un buen profesional llegar más alto parte en gran medida de su propia voluntad, sentir que es útil para solventar retos más complejos, mejorar su empresa, ayudar a sus compañeros, etc; al igual que un gran atleta olímpico, llegar mas alto consiste en poder encontrar más recursos que los que uno cree que posee. Si anteriormente a través de la acción hemos adquirido una experiencia y nos ha servido para conseguir un desarrollo, un buen profesional del turismo debe intentar seguir evolucionando.Poder evolucionar es por tanto una oportunidad. Al igual que un aspirante a medalla olímpica, un buen profesional turístico también entrena y mejora en su día a día en busca de un objetivo final: dirigir un hotel, tener su propio negocio, gestionar un equipo de profesionales, etc; son oportunidades porque le permite ir alcanzando objetivos que demuestran que es la persona idónea para conseguir esa "medalla olímpica". Citius nos permitió saber lo necesario del sector para ser un buen profesional, ahora podemos desarrollar Altius a través de las oportunidades: una buena comercialización, unos buenos productos, calidad y diferenciación, etc, pero todo eso es y será simple teoría si no hay detrás un gran atleta que quiera conseguir llegar mas alto y que quiera incluso mejorar esos objetivos mediante su voluntad personal y profesional.
FORTIUSNuestro atleta se presenta ante su objetivo, a pocos días de las olimpiadas, con una sana y sólida confianza que como hemos visto, ha conseguido tras un larga pero enriquecedora evolución acumulando experiencia: conociendo las técnicas necesarias para desenvolverse en el sector a nivel nacional e internacional, descubriendo las últimas tendencias y necesidades, aprendiendo a manejar las situaciones complejas que se pueden presentar y como superarlas; adquiriendo habilidades de gestión y dirección y otras competencias adicionales: idiomas, aptitudes aplicadas, conocimiento comercial, etc, y habiendo aprovechado todas y cada una de las oportunidades de las que ha dispuesto para ir pasando rondas clasificatorias hasta estar clasificado "para las olimpiadas".
Todo esto se ha convertido en seguridad, en conocimiento; en disponer de todo lo necesario para poder lograr una victoria, ha llegado su oportunidad convertido en un firme candidato a lograrla. A lo largo de todo este proceso y de forma paralela, este atleta ha entrenado periódicamente, ha comprendido que necesita ser percibido por sus patrocinadores, entrenadores, e incluso a por si mismo como alguien absolutamente preparado para conseguir sus retos, alguien que no ha dejado nada al azar y ha mejorado sus capacidades, alguien que toda la experiencia y conocimiento que ha adquirido también le permitirá transmitir un legado para que lo utilicen otros profesionales, en definitiva alguien fortius. Pero el día antes de viajar a los juegos olímpicos, el atleta recibe esta carta mientras hace su equipaje:
"Estimado Señor Bolt,Sirva la presente carta para felicitarle por su excelente nivel de resultados demostrando un espíritu olímpico envidiable al mejorar continuamente en sus entrenamientos. Por otra parte lamentamos comunicarle que desafortunadamente y a pesar de su experiencia, perfil deportivo y a pesar de los resultados obtenidos, actualmente se encuentra "sobrecualificado" , por lo que no puede participar en los juegos olímpicos. Gracias por su sacrificio, pero prefiero llevar a la final olímpica a un atleta que tenga menos cualificación que usted,Atentamente,El seleccionador nacional"

¿Alguien lo puede comprender?. La tan de moda sobrecualificación en España puede que simplemente sea un reflejo de los temores de aquellos profesionales que no han podido, o no han querido, o no han necesitado experimentar, entrenar o practicar todo aquello que un buen profesional turístico puede aportar en su desempeño profesional para hacer mejor a una empresa o institución, a sus compañeros e incluso a sus superiores. Si nos fijamos en este gráfico, la relación entre la cualificación profesional y los mandos intermedios y altos son inversamente proporcionales. ¿Alguien preferiría en su empresa o institución a profesionales turísticos que rehuyan del compromiso o que carecieran de la voluntad personal como para llegar a ser citius, altius y fortius?. Si realmente queremos que las empresas turísticas españolas e instituciones mejoren exponencialmente no podemos seguir defenestrando al capital humano llamándolo "sobrecualificación", porque es ese capital el que precisamente va a garantizar el desarrollo del turismo en España. Los profesionales que conocen más a fondo el sector turístico son aquellos que han acumulado experiencia trabajando con diferentes culturas o países, son aquellos que están mejor relacionados profesionalmente, son aquellos que pueden ofrecer nuevas ideas derivadas de su experiencia, son aquellos que pueden aportar a sus compañeros, son todos esos profesionales que podrán desarrollar el verdadero potencial del futuro sector turístico de España. Los temores a que un buen profesional contratado abandone un proyecto solo responden al cortoplacismo, a la inmediatez, y al desconocimiento en la gestión del capital humano, careciendo de explicación alguna desde el punto de vista de la rentabilidad profesional y del desarrollo de negocio turístico.
¿Alguien imagina a un seleccionador nacional acudiendo a compromisos deportivos de nivel mundial con deportistas de nivel menor incluso que el amateur?. ¿Alguien puede imaginar una final olímpica con un representante de Jamaica que no es Usain Bolt sino alguien que jamás ha corrido ninguna distancia?. ¿Alguien entendería a un director turístico que busca crear departamento comercial pero quiere empleados que no hayan tenido nunca una reunión de ventas, o que nunca hayan pisado una feria de turismo?. Suposiciones y metáforas podemos encontrar miles. Las respuestas a estas preguntas son obvias y la solución al problema también es sencilla, pero lamentablemente la realidad es muy diferente. Seguimos escuchando en España frases como "Tenemos que mejorar en..", "Debemos innovar en...", "La diferenciación ha de ser....", pero Señor Pierre de Coubertin, como usted indicó, si un atleta que alcanza su medalla automáticamente otorga prestigio y legado a su país (o empresa), entonces: ¿Por qué en España se dice "sobrecualificados" cuando en realidad saben que conseguir objetivos empresariales turísticos de manera satisfactoria pasa únicamente por que lo realicen los "citius, altius y fortius"?.