Quienes le llaman Perrojota aseguran que husmea como un
sabueso y, cuando muerde, jamás suelta la presa.
Padrejeta le dicen los que juran que es capaz de ponerle una vela
a Dios y otra al Diablo, para conseguir sus fines.
Como Pedojota lo califican despreciativamente aquellos que han
sufrido sus sucias maniobras.
Con estos antecedentes, no es de extrañar que sea conocido como
Pedrojeta por el resto de los mortales.