En uno de los más de ciento cincuenta miniclips que conforman el espléndido Capturing Reality: The Art of Dcumentary (Pepita Ferrari, 2009) Laura Poitras desvela al espectador su idea de cinema verité como ejercicio hermano de la novela; en ambos se enfrenta la realidad del ser humano, con su extraordinario poder y sus múltiples contradicciónes, sin faltar a la verdad pero sin pegarse a ella del todo. Así es como le gusta hacer documentales a Laura Poitras y así le queda claro al espectador después de ver Cityzenfour.
Edward Snowden, el gran chivato de los Estados Unidos, la voz que puso en alerta a un mundo que tal vez hubiera preferido permanecer ignorante de tantas verdades, tan manoseadas y tan aireadas por los servicios de "seguridad".
Snowden contactó personalmente con Poitras, cineasta curtida en la selección de asuntos incómodos para forjar documentales (en el 2006, My Country, My Country retrataba al pueblo iraquí durante la ocupación estadounidense) y vigilada por el Cuerpo de Seguridad Nacional en consecuencia. Se cayeron bien y se pusieron a contarse cosas, cámara de por medio y diálogo fluido con el periodista Glenn Greenwald (The Guardian) como apoyo, cuando Snowden, administrador de programas en la NSA (National Security Agency) y conocedor de los programas de vigilancia masiva que su pais ejerce sobre todos sus ciudadanos sin excepción, acababa de huir de los Estados Unidos y se alojaba en una habitación de hotel de Hong Kong.
El resultado es un documental que a estas alturas no cuenta nada nuevo pero que, sin faltar a la verdad, le da a ésta una forma turbia y morbosa, la barniza con misterio y la sirve con unas expectativas de tensión no resuelta que por momentos, tiran un poquito para atrás al espectador. Pero sólo un poco y sólo a ratos.
Y como me pasa últimamente en exceso (quiero pensar que no por defecto) me quedo con la banda sonora colgando de mis oídos cuando ya he abandonado la sala: Nine Inch Nails pintando atmósferas de desasosiego como nadie.Poderosa contradicción.