En 1893, las calles de Nueva York están llenas de vida y también de peligros. Si eres un repartidor de periódicos, como Maks Geless, de 13 años, más te vale tener cuidado con Bruno, el líder de una banda de rufianes con malas intenciones. Convertido en detective, Maks deberá luchar contra poderosas fuerzas para defender a su familia.
Si Ciudad de huérfanos llegó a mis manos fue solo porque la portada me pareció más o menos simpática y porque otros blogueros lo habían leído y les había gustado. La verdad es que nunca jamás había visto esta novela en ninguna librería y desconocía de su existencia... y debo decir que estoy bastante contenta de haberla leído, después de todo.
Comenzaré hablando de lo malo que tiene. En mi opinión, Ciudad de huérfanos tiene muy poca acción para todas las páginas que tiene. Es decir, la historia en sí, lo que nos cuenta, no se hace corto ni nada, pero en cuanto a lo que pasa es algo escasito. Hay muchas páginas que no es que se hagan pesadas ni nada pero que sinceramente me parece que podría haber pasado sin ellas... eso sí, durante la lectura no se hace denso ni nada. Es tan solo una sensación continua y un poco molesta de que podría haberse sacado más jugo.
El ritmo es muy ágil y como he comentado arriba no se hace especialmente aburrido en ningún momento. Quizás sea por el hecho de que estás todo el rato esperando a que pase algo que te deje boquiabierta, pero el caso es que te mantiene enganchada a sus páginas. Mencionar también que el autor hace mucho eso de hablar con el lector como si nos lo estuviera explicando para atraer la atención, lo cual hace que se haga muy simpático.
Otra cosa que me ha gustado mucho es la escritura. No ya como escribe Avi (que es muy sencillo, ni fu ni fa, vamos), pero el hecho de que cada poco tiempo nos va metiendo información sobre cómo se vivía en la época, características de la ciudad de Nueva York, cosas que había... todo ello muy bien explicado por unos maravillosos pies de página que no dejaran que soltemos ni un ¿eing? asustados y confusos. Es como cuando lees una novela histórica y aprendes así a lo tonto, vaya.
Ya por último mencionar que el final es ligeramente precipitado. Desde ya os comento que una de las cosas que pasan en las últimas páginas se sabe más o menos desde el principio, con lo cual queremos saber cómo y por qué se llega ahí. Y también se concentra toda la acción al final con lo que resulta muy rápido; pese a ello, resulta un desenlace más que decente para la novela. Por cierto, al final del libro viene una lista de libros acerca del tema (NY en 1893) como material extra como siempre en las ediciones de esta editorial.
Ciudad de huérfanos es una novela entretenida y ágil, bien construida y que llega al alma. Tiene un par de fallitos en la construcción de la trama pero en general resulta muy simpática y merece la pena leerla sobre todo para conocer más de cerca como era la vida en la época... cosa que haremos de primera mano gracias al autor.
Con la colaboración de Bambú.