Sebastian, el hermano de Clary, ha iniciado la guerra contra los nefilim con la única intención de arrasar el mundo. Por si no fuera prácticamente imparable, se está dedicando a convertir a los Cazadores de sombras en seres oscuros, que nada tienen que ver con las personas que fueron. La última batalla se aproxima y no es el único problema de nuestros protagonistas: Alec no logra superar la ruptura con Magnus, Simon debe quedarse en Nueva York mientras Isabelle y los demás se marchan a Idris y Jace sigue teniendo el fuego celestial corriendo por sus venas, lo que le convierte en un peligro para la gente de su alrededor.
Le tenía a este libro más miedo que un nublado. No ayudaba nada que la señora Cassandra Clare fuera anunciando un número de bajas un tanto elevada y que me deshidratara como lo hice con Princesa mecánica, el final de la trilogía de Los orígenes.
Sin embargo, oh, sorpresa, no es para cortarse las venas o dejárselas largas.
De hecho, me sorprendió bastante que no llorara ni una sola vez con Ciudad del fuego celestial, por mucho que me gustara. Porque, sí, me encantó. Me parece que es un gran final para una gran saga: emocionante, trepidante, divertido, bonito, oscuro... La novela es muchas cosas, pero todo encaja perfectamente, como en el resto de los libros de Cassandra Clare, aunque me sorprendió que fuera tan divertido.
Porque tiene momentazos, no sólo puntazos con esos diálogos que tienen los personajes (en especial Jace y Simon), sino que tiene escenas divertidísimas como ese juego de rol entre Simon e Izzy que Alec interrumpe.
Y es que, por suerte, Ciudad del fuego celestial, pese a que conserva un halo oscuro y de riesgo, como si cualquier cosa pudiera pasar, como si cualquiera pudiera morir, acaba teniendo un final feliz. Hasta que llegan a él pasa de todo, pues no dejan de suceder cosas, pero los personajes tienen un final feliz, lo que es de agradecer pues tras seis libros, se les coge un cariño inmenso a todos ellos.
De Clary y Jace poco hay que contar, nada nuevo en realidad, aunque no por ello resultaron cansinos. Sí, es cierto que hasta casi el final, no logran estar juntos, juntos, pero durante esta nueva trilogía siempre han estado unidos y eso mola. Además, la forma en la que solucionan el entuerto está muy bien pensada y me hizo aplaudir a Clary. Por cierto, otro minipunto para Cassandra Clare al hacer que sea Clary quien salve el mundo.
Por otra parte, tenemos a Alec y Magnus que, tras todo lo que ocurrió en el anterior, estaban separados y más distanciados que nunca. Me daba miedo, pero miedo, que o bien no se solucionara eso o bien alguno muriera, pero no ha sucedido nada de eso, sino que se han arreglado definitivamente. Me ha gustado mucho cómo ha tratado Cassandra Clare a los dos, sobre todo porque, al final, aunque en un principio pudiera parecer que el problema era de Alec, al final era algo compartido. Precioso el detalle de Magnus escribiendo sus crónicas para Alec :3
La tercera pareja, la formada por Isabelle y Simon, ha sido la que más me ha traído por la calle de la amargura. En realidad, durante toda la novela, han sido de los que más me han hecho reír: el juego de rol, Simon borracho, las pilladas de Alec... Pero, al final, las cosas se complican, aunque, en realidad, lo que hacen es solucionarse: no sólo Simon vuelve a ser humano, sino que será un Cazador de sombras, por lo que la situación es perfecta. Pero, jolín, qué manera de hacerme sufrir con la amnesia de Simon, que me encanta tanto él como él con Izzy.
Por lo demás, me ha gustado mucho todos los personajes: Maia siendo líder, lo que sucede con los vampiros, el cómo Jem vuelve a ser Jem y la aparición de Tessa al final... Ha estado muy a la altura el final, vamos, que ha sido perfecto y no tengo quejas. De hecho, la única que se me ocurre es que las muertes de personajes anunciadas no han sido para tanto, así que todo es perfecto y estoy más feliz que una perdiz.
Eso sí, el final tan sólo es el comienzo, pues en Ciudad del fuego celestial aparecen los personajes que protagonizarán la siguiente trilogía, Los artificios oscuros. No sólo conocemos a Emma y a Julian, sino que establecen el que será el mayor problema que tendrán: cómo se convierten en parabatai para no separarse, aunque Emma empieza a enamorarse de Julian, algo que está prohibido. ¡Y tenemos el drama servido!
Pero, bueno, Emma me ha gustado muchísimo. Ha sido la que más protagonismo ha tenido, siendo la única que ha disfrutado de su propio punto de vista, algo también necesario pues, imagino, el asesinato de sus padres (que no parece ser otro crimen de Sebastian y los suyos) será un tema importante en Los artificios oscuros. También nos han presentado a los Blackthorn, esa curiosa colección de hermanos que apuntan maneras y que cargan, para variar, con su propio drama: el padre convertido en un Oscuro, Helen desterrada (la Clave es de lo peor) y Mark atrapado en la Cacería salvaje. De hecho, a juzgar por el breve avance que hay al final de Ciudad del fuego celestial, la situación de Mark será importante también en la primera entrega de la saga, Dama de medianoche.
La verdad es que le tengo muchas ganas a la próxima novela: Emma es un buen personaje, Julian apunta maneras y, encima, espero que volvamos a ver a Jem, ya que es la única familia que le queda a Emma.
Pues, nada, una vez más, sólo queda esperar.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Hyde de David Lozano.