Continuamos nuestro paseo hasta llegar a la Plaza de Santa María donde se encuentra la Iglesia Concatedral de Santa María, la iglesia más importante de la ciudad, concatedral desde 1957 fue construida entre los siglos XV y XVI, en su exterior, en una esquina se encuentra la estatua de San Pedro de Alcántara realizada por Enrique Pérez Comendador. Frente a ésta se encuentra el Palacio Episcopal del siglo XVI donde se destaca su portada con un arco de medio punto con doble almohadillado de sillería. En una esquina de la plaza encontramos el Palacio de Carvajal, un típico palacio de la Ciudad Monumental, que son fortalezas por fuera y palacios por dentro, en sus amplios espacios llegaban a habitar decenas de personas durante meses, sin salir al exterior (cuando sucedían episodios bélicos o por epidemias). El palacio fue construido entre los siglos XV y XVI, indispensable pasear por su claustro y llegar al jardín para ver la higuera centenaria, que ha visto toda la historia del lugar, destaca también su torre redonda, del siglo XII.
Llegamos a las puertas de la Iglesia de San Francisco Javier, junto con el Colegio de la Compañía de Jesús construidos en el siglo XVIII, con sus torres características, de forma cuadrada y pintadas de un blanco inmaculado, eso sí, cada vez que hay un rodaje de una película o serie son pintadas de otro color.
Seguimos, esta vez ascendiendo al “segundo piso” de la Ciudad Monumental, por la Cuesta de la Compañía hasta llegar a la Plaza de San Mateo, haciendo paradas en alguno de los edificios más bonitos como son la Casa del Sol, edificio del siglo XVI con el escudo de la familia Solís, compuesto por un Sol con los rayos mordidos por ocho cabezas de serpiente y un bonito matacán redondo. Otro punto de parada se encuentra justo al lado, la Casa del Águila que perteneció a la familia Sande, con una espectacular ventana gótica del siglo XV.
En la plaza encontramos la Iglesia de San Mateo, construida en el siglo XV sobre un solar donde se encontraba una mezquita, con un proceso de construcción de trescientos años podemos ver varios estilos en una misma construcción. En una esquina de la plaza se encuentra el Restaurante Atrio, con dos Estrellas Michelín, y donde tuvimos el placer de cenar la noche anterior así como visitar su espectacular bodega con cerca de 45.000 botellas custodiadas en una impresionante sala en espiral.
Descendemos por las calles del Barrio de San Antón, antigua Judería, donde finalizamos este breve paseo por la Ciudad Monumental de Cáceres, sin duda tendrá que haber nuevas visitas para continuar descubriendo esta maravillosa ciudad.