A estos chicos joseantonianos se les ha vuelto a ver el plumero. No sé cuáles serán ahora las excusas, pero seguro que lo harán como siempre dicen: “por el bien de España”. Por España pactaron con PSOE, por España han pactado con el PP, por España han entrado en la mesa del Congreso de forma desproporcionada con la ayuda del PP, y por España vuelven a ayudar al PP, a su ministro De Guindos. Esto es lo que se llama luchar por la regeneración. Hay que tener jeta, ganas de pillar cacho y ser mentirosos.
Pues sí. Después de mentiras infumables, de actitudes ignominiosas, de manifestaciones soberbias y arrogantes, el Partido Popular, debido a la presión interior –también en su partido se lo han reclamado— y la exterior, bien del Banco Mundial y de los ciudadanos (en tres días se habían recogido más de 300.000 firmas contra el nombramiento), a Soria le han dado la patada y no irá al Banco Mundial.
Y es que el PP no deja de creer que sigue pudiendo hacer lo que quiere, por encima del sentido común y de la ética, y sin dar cuentas a nadie; con una alergia a la transparencia que raya en lo obsceno y con una pretendida impunidad que les permite actuar para su propio beneficio con un desprecio desafiante a los demás.
Pero ya conocemos al PP y no nos sorprende. Lo importante en el caso post-Soria es la actuación de Ciudadanos. Ese partido que dice actuar siempre de forma patriótica, por la regeneración y contra la corrupción y que sin embargo, cuando tiene que tomar decisiones importantes, con tal de oler a poder, se olvida de todas las premisas éticas y ayuda a su partido padre (el PP).
Porque la actitud de Ciudadanos en la mesa del Congreso ha sido lamentable y totalmente criticable. Y es que, con su abstención en la propuesta del calendario de plenos –una triquiñuela impuesta por Ana Pastor, la presidenta de la mesa, para activar la consigna: Salvad al soldado De Guindos— no se ha podido consumar la petición de que De Guindos tuviera que dar cuenta del affaire Soria al pleno del Congreso. C’s sabía que bastaba votar a favor, pero ha optado por olvidarse de su siempre anunciada actitud pro-regeneracionista y salvar al Sr. De Guindos y al PP. Ya saben, ha actuado con la máxima que hizo famoso a Pedro El Cruel: “Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor”.
No es que me sorprenda. Ya sabemos cómo son estos naranjitos de la “regeneración”. Estos que propugnan un cambio en la política española y, en pocos meses, han conseguido ser los reyes del cambio, eso sí, del cambio de opinión. Nunca ningún grupo ha cambiado tanto de opinión en tan poco tiempo. Y todo por el poder. Ya ven, una actitud muy pero que “muy patriota”.
Y ahí siguen, odiando a Unidos Podemos, con los que no quieren ni agua y apoyando a su partido-padre, el PP, para evitarle críticas y allanarle el camino hasta el poder. Eso sí, el precio, ya se sabe, un trozo de la tarta de éxito, si se produce.
Salud y República