Ciudades con ritmo. Seattle

Por Undiaenelpolo @Undiaenelpolo
Texto y fotos: Javier Vázquez, autor de La maleta bien hecha (@JaviLmbh)
Es un verdadero placer dejar mi granito de arena en “Un día en el Polo”. ¡Gracias Helena, Sergio y Nuria por esta oportunidad que me brindáis!
Mi nombre es Javier, si visitas mi perfil en Twitter (JaviLmbh) veréis acerca de mí la siguiente descripción: Amante de las músicas del mundo, adn viajero, buen comensal de la comida de la abuela, interesado por el cine europeo y entusiasta de los mundiales de fútbol.
Fue en Agosto cuando me inicié como autor de blog de viajes y mucho más. Mi página lleva el título de “La maleta bien hecha”, una denominación que me costó su tiempo decidir, entre otras cosas porque quería algo atractivo y que fuese en la sintonía de mi persona y estilo de vida. Reconozco que fueron bastantes horas las que pasé en lugares que me daban la tranquilidad suficiente e inspiración como para hallar la denominación y contenidos de la página web que realmente quería.
Mi recomendación es la siguiente; si alguna vez piensas abrir un blog personal de viajes, de cine, de música, de gastronomía o de lo que sea; tómate tu tiempo en planificar lo que va a ser en cuanto a menús, marca propia y quizás alguna pequeña frase o eslogan que te defina. No te agobies por la estética, logotipo y toda esa serie de cuestiones de orden secundario, que no digo que no sean importantes, pero que muchas veces nos roban tiempo. Sobre todo preocúpate en pensar sobre qué quieres hablar, no lo hagas al tuntún.

Efectivamente, soy un recién llegado, un blogger muy novel, un tipo que tiene mucho que observar de los compañeros que andan en este apasionante universo de la Blogosfera. Y el tiempo y la experiencia espero también contribuyan en ese proceso de aprendizaje. Para mí fundamentales siempre son la humildad y el espíritu de sacrificio para conseguir logros en la vida.
Sin más dilación, voy a presentarte el artículo de cosecha propia y que ve la luz por primera vez. Más bien, se trata de una pequeña serie que consta de tres capítulos; en este primero que estás leyendo y como habrás comprobado por el título está centrado en Seattle. Una ciudad que a pesar de estar fuera de los recorridos turísticos tradicionales, es muy recomendable.
Quiero recalcar un detalle: no será hasta dentro de algunas semanas cuando aparezca publicado dentro de mi plataforma este serial. Y es que no me parece correcto compartir algo ya creado previamente después de la generosidad y profesionalidad demostradas por los anfitriones de “Un día en el Polo”.
Ciudades con ritmo, ciudades con alma musical, ciudades donde suenan melodías en cualquiera de sus rincones……..me estoy refiriendo a aquellos lugares donde la música va unida de la mano al día a día de la urbe en sí.
Podría hablar de un montón de países fabulosos donde viajar y empaparse de sus estilos musicales diversos. Cuba (son y mambo entre otras manifestaciones), Brasil (samba), Argentina (tango), Portugal (fado) o mismamente y sin ir más lejos de España el flamenco. He preferido sin embargo decantarme por dos ciudades y un país correspondientes a tres continentes diversos. Son Seattle, Cabo Verde y Bristol. Los tres son grandes embajadores a nivel mundial de la música comprendida e interpretada de modos muy diferentes, pero también son grandes lugares donde adentrarse y conocer bien las particularidades que las caracterizan.
Visitar la ciudad natal de Jimi Hendrix, la nación de Cesária Évora o la villa portuaria donde se formó la banda Massive Attack pueden ser muy buenas excusas para viajar a ellas.
SEATTLE

Situada en la costa oeste de Estados Unidos y realmente próxima a la frontera con Canadá. De hecho, en menos de tres horas en coche puedes llegar a la muy atractiva ciudad de Vancouver.
Con casi 700 mil habitantes, es considerada la capital mundial de la música grunge o del sonido de Seattle. Antes de entrar en materia, me gustaría presentarte este lugar, pues son varios los puntos de interés que el viajero no debería dejar pasar por alto en una de las mecas de la cultura underground.
El auténtico icono inseparable de esta villa portuaria es la Aguja espacial (Space Needle), una torre con más de 50 años de antigüedad y 184 metros de altura ubicada en pleno centro e inspirada en aquella que podemos encontrar en Sttugart. Son muchos los visitantes que sienten la curiosidad de llegar al restaurante giratorio que encabeza la estructura, desde el cual cualquiera puede dominar la vista de la ciudad, el sistema montañoso próximo, como por ejemplo el monte y volcán aún activo Rainier y las islas circundantes. El precio de la entrada según figura en la página web de esta atracción son $12, con el cual uno podrá subir en ascensor en un tiempo estimado de 43 segundos a la plataforma de la parte superior a 152 metros de altura.

Otro de los lugares muy transitados es Pike Place Market, un mercado con mucho sabor. Fue construido en 1903 y abrió sus puertas cuatro años más tarde.
Es el sitio perfecto donde comprar productos frescos y artesanía entre otros. Entre las curiosidades a destacar, está el ritual que tienen los trabajadores de la zona del pescado donde suelen lanzarse entre ellos de mano a mano salmones y otros peces de gran tamaño. Es en el momento que el cliente pide algo, cuando el empleado lo recoge y lanza sobre el mostrador esa pieza elegida para que otro compañero lo prepare y entregue al comprador.






Es un auténtico centro de peregrinación en Estados Unidos, ya que en el gigantesco país norteamericano es tarea casi imposible la de poder adquirir pescado fresco, a excepción de aquellos mercados localizados en los barrios asiáticos de las mayores ciudades costeras.






La Seattle Central Library es una biblioteca muy notoria, se trata de un edificio de cristal muy original que no pasa desapercibido a ojos del residente o forastero. Se trata de un refugio cultural para absolutamente todos los ciudadanos; de hecho en los largos inviernos que han de padecer los seatleitas, son también los homeless (sin techo) los que no dudan en acudir a estas instalaciones y pasar horas en su interior leyendo un libro.
Según algunos estudios, la ciudad con mayor número de habitantes del Estado colindante con Canadá, es uno de los lugares con mayores tasas de alfabetización y de formación universitaria de toda Norteamérica.






Otra de las atracciones es el museo EMP (Experience Music Project), un edificio ultra moderno proyectado por el arquitecto Frank Gehry y que es atravesado por las vías del tren. Su existencia se debe en gran parte al respaldo económico por parte de uno de los fundadores de Microsoft Paul Allen. Las actividades que allí se organizan van desde exposiciones (sobre la cultura pop y vídeo juegos entre otros) y conferencias hasta la organización del certamen anual de cine de Ciencia Ficción. Cuenta con colecciones de fotografías, instrumentos y copias originales de las letras de las canciones realizadas a mano por parte de grandes figuras de la música en todo el mundo como Jimi Hendrix y la banda Nirvana.

Como curiosidad, hay que decir que Seattle es una ciudad muy cafetera, no sólo porque Starbucks viese la luz en este lugar antes de expandirse por todos los continentes, sino también por la gran oferta de establecimientos ofreciendo un espresso. Hay toda una industria en torno al café, y son muchos los artesanos dedicados a la preparación del producto para el consumo final en la urbe más poblada del Estado de Washington.






Otra de las cosas que llaman la atención, aunque eso sí, nos tenemos que desviar un poco del núcleo urbano, es el hecho de que a escasas 83 millas de distancia en la localidad de Roslyn se ambientó la entrañable serie Doctor en Alaska.
Uno de los aspectos positivos que figuran en la tarjeta de presentación de la ciudad es su firme compromiso de respetar el medio ambiente y el uso de alternativas sostenibles generadoras de energía. Actualmente está en la carrera por convertirse en un lugar neutro en carbono y en cero emisiones. Hay que añadir que Seattle es pionera en el uso de turbinas subacuáticas, un recurso con el cual se crea energía hidroeléctrica, sin suponer ello un impacto negativo sobre los ríos y los cauces.
Como decía en la introducción, este estupendo destino es sinónimo de música y del estilo grunge. Al margen de la conexión con grandísimos talentos como el grupo que lideró Kurt Cobain o de uno de los mejores guitarristas de la era moderna como fue Johnny Allen Hendrix; Seattle presume de haber presentado en la escena musical a la siguiente lista de figuras: Alice in Chains, Pearl Jam, Presidents of United States of America, Soundgarden, Foo Fighters, etc. Pero también hay eminencias no vinculadas al grunge como el saxofonista Kenny G, o el compositor, arreglista y productor de Jazz y R & B Quincy Jones, etc.
La década de los años 90 fue realmente una etapa en la que lo más normal era al sintonizar la radio o encender la televisión escuchar algún tema de Nirvana y de los otros grupos citados. También recuerdo cómo muchas chicas de Instituto paseaban sus carpetas forradas con imágenes de algunos de los líderes de esas bandas.
Voy a confesar algo; probablemente no esté bien pero es algo atribuible a la edad. Cuando estaba en 1º de BUP en las clases de Música del que era mi colegio, el Diocesano, el tiempo lo empleaba en escuchar una cinta casete del álbum de Nirvana “Nevermind” con el walkman. Para que no me llamara la atención la profesora, hacía con que miraba el libro y me tapaba los cascos simulando no estar conectado al aparato. También recuerdo cómo mis compañeros pasaban el tiempo haciendo dibujos o terminando los deberes de otras asignaturas.
Retomando el tema que nos centra, no sólo hay aromas a ese estilo característico etiquetado como rock alternativo en Seattle. En los diferentes locales de la ciudad hay estupendos conciertos en vivo de música Jazz o Soul entre otros. En el siguiente enlace puedes comprobar la agenda de actuaciones.
Uno de los festivales de verano más populares y que tiene como escenario el Seattle Center, lugar que acogió la exposición universal de 1962, es Bumbershoot. Una cita obligada para los amantes de la música en vivo, del arte y de la cultura. Por allí han pasado grandes figuras como Tina Turner, James Brown, Eurythmics; así como bandas alternativas de rock como Sleater Kinney. También han desfilado grandes compañías de teatro como el Nacional de Japón y jóvenes acróbatas y profesionales del circo.